NO TODO CONJUNTO DE ORACIONES CONSTITUYE UN TEXTO - Sobre la cohesión textual.
Hola queridos compañeros de letras, ¿cómo se encuentran? La última vez habíamos visto cómo los párrafos de un texto pueden tener distinta extensión, y que la misma obedece a cuestiones determinadas (la intencionalidad del autor).
En esta entrada, veremos que existen procedimientos por los cuales las oraciones de un párrafo se integran en el mismo de manera armónica, es decir, trataremos sobre la cohesión.
¿De qué hablamos cuando hablamos de cohesión?
Hablamos de las relaciones entre las diferentes oraciones que componen un texto. Estas se conectan entre sí constituyendo una red de relaciones.
La cohesión es la propiedad del texto que conecta las diferentes palabras, oraciones y párrafos mediante ciertos mecanismos que se denominan procedimientos o formas de cohesión.
Son mecanismos que intentan asegurar la interpretación de cada frase en relación con las demás, y, de este modo, facilitar la comprensión del significado global del texto. Si no contásemos con las relaciones de cohesión, el texto sería una lista de frases sin ningún vínculo entre sí.
Lograr la cohesión no es arte de magia, sino la aplicación de procedimientos, de modo de emplear el que más adecuado nos resulte.
Para ello hay procedimientos de cohesión:
la referencia a elementos anterior o posteriormente señalados en el discurso para evitar repeticiones,
la elipsis,
los conectores, que unen ideas dentro de la oración o entre oraciones y párrafos,
la relación semántica de reiteración entre palabras (como la paráfrasis o la sinonimia), etc.
Para facilitar la comprensión de estos conceptos, observemos dos versiones muy diferentes del mismo fragmento de un texto argumentativo:
“La vida es bella” da la impresión de abrir un debate sobre las relaciones entre arte y política. Nada parece menos cierto. Ignoro cuáles fueron las intenciones de Roberto Benigni cuando se le ocurrió filmar. No tengo ninguna sospecha y parece absurdo plantear una cuestión ética de esto. Tampoco parece demasiado interesante hablar de la estética: se trata de una película comestible, que responde bien a los modelos del cine comercial, es que ya nos hemos acostumbrado a soportar prácticamente todo. No se me ocurre comparar “La vida es bella” con ninguna película del llamado cine político. (Adaptado de “La historia no es un juego”, de Beatriz Sarlo, publicado en Clarín, 1999.)
La versión transcripta presenta errores de cohesión.
No se utilizan conectores para relacionar las distintas oraciones.
Aparecen pronombres que no tienen referentes claros, (por ejemplo, esto), que podría aludir a las intenciones de Roberto Benigni o a la película en sí.
No puede identificarse con facilidad el sujeto de los verbos, a veces parece fluctuar entre el “yo” del autor y “La vida es bella”.
El punto de vista no queda bien establecido, la argumentación es poco precisa y la opinión de la persona que escribe pierde consistencia.
Comparemos el texto anterior con esta otra versión del mismo fragmento:
“La vida es bella” da la impresión de abrir un debate sobre las relaciones entre arte y política. Nada me parece menos cierto. Ignoro cuáles fueron las intenciones de Roberto Benigni cuando se le ocurrió filmar esta historia. No tengo ninguna sospecha y me parece absurdo plantear una cuestión ética a propósito de su filme. Del mismo modo, no me parece demasiado interesante hablar de su estética: se trata de una película comestible, que responde bien a los modelos del cine comercial, donde ya nos hemos acostumbrado a soportar prácticamente todo. Por eso, no se me ocurre comparar “La vida es bella” con ninguna película del llamado cine político. (Adaptado de “La historia no es un juego”, de Beatriz Sarlo, publicado en Clarín, 1999.)
En esta versión, diversos procedimientos garantizan la unidad de sentido y la interdependencia semántica entre las frases.
Aparece la reiteración de dos formas distintas: a través de la paráfrasis (esta historia se refiere a “La vida es bella”) y de la sinonimia (película reemplaza a filme).
Se utilizan conectores (del mismo modo o por eso) que permiten relacionar diferentes oraciones agregando nuevas argumentos o introduciendo consecuencias.
Otro mecanismo cohesivo presente en este texto es la referencia, es decir, la utilización de pronombres para reemplazar a palabras u oraciones ya mencionadas.
En las expresiones su filme o su estética, el pronombre posesivo “su” se refiere a la película de Roberto Benigni. El pronombre relativo donde sustituye a cine comercial. El pronombre personal “me” en me parece o se me ocurre hace referencia a la primera persona del singular, y remarca el carácter subjetivo de la posición que se presenta.
También se puede observar el empleo de otro procedimiento, la elipsis. Cuando leemos se trata de una película comestible, se sobreentiende gracias a las frases anteriores que el sujeto, aunque esté ausente, es “La vida es bella".
Hasta aquí es todo, por el momento. Espero que este artículo les haya sido de utilidad para tener en cuenta el uso de los procedimientos que hacen de un grupo de oraciones con sentido, un texto, donde las mismas mantienen relaciones que le dan cohesión.
Hasta el próximo artículo. Por favor, no dejes de comentar.
Muchas gracias por su compañía.
Laura
Te agradezco, Laura el esfuerzo que haces por presentar estas entradas tan instructivas. Un abrazo.
Muy bien, Laura. Muchas gracias.