PRETÉRTIO PLUSCUAMPERFECTO Y PRETÉRITO PERFECTO SIMPLE
Hola otra vez, queridos amigos. De nuevo estamos aquí con los verbos y su utilización, con la esperanza de que encontremos algo de luz para su correcta utilización.
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Esta entrada trata sobre dos tiempos que a menudo se utilizan de forma conjunta: el pretérito pluscuamperfecto y el pretérito perfecto simple.
Recordamos el uso que a cada uno de ellos se da.
El pretérito pluscuamperfecto se emplea para indicar una acción que es anterior a otra en tiempo pasado.
El pretérito perfecto simple expresa hechos ya terminados.
Hasta ahí todo bien, pero ¿y cuando vamos a la historia?
Para aclarar las cosas, vamos a un ejemplo:
Cuando los caballeros llegaron a la posada, la tormenta había cesado.
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Tenemos dos hechos: la llegada de los caballeros a la posada, y el cese de la tormenta. El uso del pretérito pluscuamperfecto sirve para indicar que la tormenta había finalizado en el momento en que los caballeros llegaban a la posada. La segunda parte de la oración es anterior a la primera, es decir, si vamos a un orden cronológico:
1: terminó la tormenta (antes de que los caballeros llegaran a la posada: pretérito pluscuamperfecto)
2: los caballeros llegaron a la posada (pretérito perfecto simple)
Otros ejemplos:
El pastor arrojó el fardo que había cargado.
1°: cargó el fardo (Pretérito pluscuamperfecto, lo cargó antes de arrojarlo)
2: arrojó el fardo (Pretérito perfecto simple, lo arrojó luego de haberlo cargado antes)
Y para facilitar las cosas, un último ejemplo:
La muchacha se sobresaltó. Nadie le había dicho nada.
1°: nadie dijo nada
2°: la muchacha se sobresaltó.
Y eso es todo por ahora, queridos compañeros. De a poco vamos desentrañando las reglas de nuestro idioma.
Espero que les haya servido. Por favor, no dejen de dejar sus comentarios, no olviden que es más fácil aprender entre todos. Los aportes de cada uno, aunque les parezcan innecesarios, son importantes. Son puntos de vista, pareceres, e incluso, puede haber discrepancias que podemos intentar dilucidar juntos.
Nos encontramos pronto. Hasta la próxima entrada, y felices letras para todos.
Laura
Autora de Café Literautas
Buena lección para repasar. Gracias Laura por el tiempo y esfuerzo que nos dedicas, nos ayudas un montón.
Siempre se me atragantaron las conjugaciones de los verbos, así que tomo nota de tus estupendas indicaciones. Gracias Laura, estupendas reseñas.
El hombre no había traído el dinero suficiente, por eso no pudieron hacer el negocio.
Cuando llegamos la conferencia había comenzado. Era un tema interesante. Lástima que nos perdimos el comienzo.
Quiero agregar lo que dice Guillermo Soto Vergara, de la Universidad de Chile, en “Los tiempos de la conjugación castellana: vigencia de la propuesta de Bello”:
“El sistema de tiempos verbales de Bello constituye un hito fundamental en la gramática del español por su elegancia y su gran adecuación descriptiva. Junto con formular un modelo temporal de admirable perfección, Bello anticipa en sus descripciones problemas que solo podrán ser tratados sistemáticamente con el desarrollo, ya en el siglo XX, de teorías de la aspectualidad, la modalidad y el significado pragmático”.
(La gramática de Bello es de 1841).
Muy buenas tus lecciones de los tiempos verbales, Laura.
A propósito de lo que yo, en otra nota, llamaba los “nombres rimbombantes”, debo aceptar, humildemente, que me los tengo que estudiar, porque siempre he utilizado los de don Andrés Bello, erudito chileno-colombo-venezolano, que son más fáciles, pero no universales.
A manera de ejemplo, los cinco tiempos del modo indicativo los llama Bello: presente, pretérito, futuro, copretérito y pospretérito; estos dos últimos son denominados más comúnmente pretérito imperfecto (“amaba”) y condicional (“amaría”).
El pluscuamperfecto (“había llegado”) de tu lección es llamado por don Andrés antecopretérito y su antepretérito (“hube llegado”) corresponde a lo que tú llamarías pretérito anterior; por otra parte, el antefuturo (“habré llegado”) es el futuro compuesto.