SERIE III- Quiero escribir una novela – INICIOS QUE DEBERÍAS EVITAR
Vamos a darle continuidad a la serie: Quiero escribir una novela, y hoy le toca a un punto importante, y es la primera línea o párrafo de nuestro escrito.
El consejo que recibimos en más de una ocasión es: haz que tu primera línea sea atractiva o significativa para seguir leyendo.
Debo confesar que no siempre me llama la atención las primeras líneas de una novela o libro. Algunas veces, me obligo a seguir leyendo, porque el autor es reconocido, la obra es famosa o porque creo que debo darle el beneficio de la duda a la historia.
Con esto, deseo hacer incapie en que nadie puede tener a todo el mundo contento. Siempre existirán lectores que son menos críticos y son más emocionales que se dejan llevar por la historia aunque esté mal redactada; otros, odiarán la redacción, la prosa, pero concluirán el libro porque la trama los ha cautivado; aquellos que los errores ortográficos saltan a la vista, dejarán a un lado del libro sin misericordia, sin pensar en la trama, la redacción y la fluidez de la historia. Cada autor, encontrará su nicho, al lector que guste de sus historia y la forma en cómo las relata, y deja pasar aquellos “detallitos” que hasta los más consagrados tienen como mejoras. El lector que no guste de nuestros escritos, pasará por ellos, sin pena ni gloria. Hay que aceptar esto también.
Pero como estamos para aprender, les comparto de mi baul de estudios, algunos “inicios indeseables de cómo no comenzar una novela”, que he ido encontrando a lo largo de mis estudios. Muchos han sido usados una y otra vez, que son un cliché del genero, otros son muletas de escritura o falta de preparación del autor.
Aquí una lista de lo que muchos “lectores” no gustan como inicio de las historias…
EL RELOJ DESPERTADOR O EL SUEÑO QUE TE REGRESA A LA REALIDAD: Aunque debería separarlos los dejo unificados por una razón: el personaje estaba durmiendo. No hay una escena más cliché que el uso del reloj despertador o que el personaje tenga una serie de “sucesos” que terminan siendo un sueño o pesadilla. ¿No podemos usar este recurso jamás de los jamases? El problema con el mismo es la cantidad de veces que ha sido usado; para que pueda ser efectivo, la creatividad del autor debe superar lo ya conocido. “El día de la marmota”, por ejemplo, es un recurso recurrente dentro de la historia… pero la película no inicia con esa alarma sonando esa canción. Como estamos hablando de "inicios" de una novela, nos referimos a lo que escribimos en ese primer capítulo. En uno de mis trabajos personales, el primer párrafo de la historia arranca con la acción de un acontecimiento. La escena es corta, pero impregnada de emociones. El párrafo termina con una frase que es muy significativa dentro de la historia. Así que se puede decir, que lo primero que se lee (Capítulo Uno, escena uno) es un párrafo de unas cinco líneas. En el siguiente escenario, (Capitulo Uno, escena dos) una persona llega a su oficina y se introduce al personaje principal. El primer párrafo parece no tener sentido con el siguiente, donde ocurren una serie de actividades, (acciones/reacciones) hasta el momento en que este personaje, no quiere volver a dormir, ya que tiene una pesadilla recurrente. Se comprende, entonces, que ese primer párrafo es esa pesadilla. Pero no se recurrió al sobresalto, decir que es una pesadilla o hacer alusión que esa persona lo ha soñado. Lo importante no es NO usar ese recurso, sino usarlo de manera que no inicie la historia como tal. Se incluyen en esta categoría no deseada, cualquier cosa que haga despertar al personaje principal de "un sueño bonito o una pesadilla" con el grito de la madre diciendo que el desayuno ésta listo, ser interrumpido por el ingreso del hermano quisquilloso o el perro que salta sobre la cama, etc. No despiertes a tu personaje en la primera escena.
INICIOS DE HISTORIETA: Había una vez… Érase una vez… o sus variantes "modernas": Voy a contarles una historia..., Ocurrió hace mucho tiempo..., etc– Ya pasó el tiempo en donde los cuentos de hadas iniciaban con similares frases. Esa tipo de frase no podemos ni permitirla en novelas juveniles, de fantasía y mucho menos en novelas de carácter más serio. ¿Jamás de los jamases? Volvemos a decirlo, debes hacer uso de la creatividad para romper un cliché. ¿Tu novela inicia con la lectura de uno de esos cuentos? De no ser así, evítalo. Pero, eres rebelde y deseas usarla, entonces hazlo, pero tu escrito debe ser una tragicomedia, un sarcasmo o definitivo una parodia, para que el lector lo noté de inmediato, sino quedarás como un novato.
LA DESCRIPCIÓN INFINITA – Debo confesar que al encontrar este “punto negro”, me provocó tristeza, porque amo las descripciones. Realmente me gustan, no solo leerlas, sino escribirlas. Pero, repetimos, nunca para un inicio de una novela. Sí, debes crear en pocas líneas una ambientación; pero no debes dar a pie puntilla todos los detalles de ese lugar, el paisaje, la catedral, el mundo, etc. Debes aprender a describir correctamente, no es necesario declarar cómo es el verdor de las hojas de los árboles en primavera (todas son verdes, en su gran mayoría), el detalle del marco del espejo o el cepillo de dientes. Deja las descripciones más elaboradas para un espacio más adentro de tu historia. Sí debes crear un ambiente desde el inicio. En lo particular me molesta no saber dónde y cuándo ocurre algo en una escena, mucho peor en el primer capítulo (que es la introducción de una buena parte de ese mundo y sus protagonistas). Recuerda que el lector tiene interés primordial por el personaje, no lo abrumes con explicaciones históricas que los krons gobiernan a los edrums porque hay una profecía contra aquellos. También recuerda que “la ambientación” no es describirlo todo, hasta cómo una persona abre una puerta (en serio, lo he leído). Pero al hablar del inicio de una novela, la descripción del entorno o la creación de ese mundo, nunca deberá ser pasiva. A no ser que describas el azote de una tormenta en medio del oceáno, un alúd o un terremoto, evita las descripciones prolongadas al inicio de una historia. Pero, siempre hay reglas que romper, si el lugar es “otro personaje”, si puedes hacerlo, siempre y cuando no rompas con la acción del relato mostrando solamente algunas pinceladas de “ubicación”.
¿Y CÓMO ESTA EL CLIMA?– La apertura de una novela no debería de iniciar con la descripción del clima. No estamos frente a una página de meteorología. Describir la primavera, o una escena lluviosa no es muy atractiva. Muchos libros inician con este tipo de descripciones, aún muchos libros “clásicos”. Quizá en un determinado momento fue válido, un recurso “atractivo”; pero en la actualidad ha perdido el entusiasmo del lector. No veo una sola razón válida para iniciar una novela usando este recurso. Mi criterio personal, es que hay que evitarlo a toda costa.
DESCRIPCIONES FISICAS, QUE SE ANTEPONEN A LA HISTORIA– Recordemos que cuando el lector abre un libro, desea conocer la trama. Hay libros en donde el autor decide no hacer ni una sola descripción física del personaje, y concentrarse más en su personalidad. (En lo particular me desagrada no saber cómo luce el personaje). Pero, que las primeras líneas de nuestra historia no contengan el número de pecas del rostro de la damisela, ni cómo son las canas del personaje masculino. Esto puede ser detallado más adelante del capítulo. Hay formas de describir sin necesidad de recurrir al listado de “perfil” de página de citas: ojos azules, cabello rubio, etc. Incluir uno o dos descripciones son suficientes. Debo confesar que me cuesta mucho no hacer esa lista de supermercado a la hora de describir a mis personajes, pero he aprendido que leerlo, aburre. He optado por las descripciones parciales, pero siempre tratando de dejar aquello más destacable en frases alternadas. Al describir, evitemos los adjetivos innecesarios. Recuerda que tu lector quiere ahondar en qué es lo que está ocurriendo, dale esos detalles antes a cómo lucen nuestros personajes. Un consejo es no hagas que tu personaje se describa, es patético. Es muy común que el escritor novato lo haga, como usar un espejo o un reflejo para que ese personaje se describa a si mismo. “Me miré al espejo, mis ojos verdes lucían tristes”, o “Peiné mi cabellera ondulada frente al espejo del elevador; enderecé la corbata, debía lucir pulcro para esa entrevista”. El consejo de los más “recorridos en el arte”, explican que es otro quien debe describir a los personajes, o el narrador siempre y cuando no parezca una auto-descripción, es decir, que siempre hay otro personaje involucrado: “La madre acomodó los tirabuzones de su hija. Estaba resuelta en hacerla lucir como la viva imagen de Sherley Temple.” Con una descripción así, el lector comprende qué tipo de tirabuzones lleva la niña y que es rubia. Aclaramos que las descripciones iniciales son molestas; pero en cualquier momento del texto, debemos hacerlo bien.
NO ENGAÑES AL LECTOR CON FALACIAS – Cuando de literatura se trata, a no ser que sea una biografía o un libro histórico, la mayoría de los libros son relatos ficcionados. Por ello se llama literatura de ficción, según el genero en que encaje. Cuando iniciamos nuestra novela con un “Esta es una historia verdadera, que ocurrió…”, el lector sabe de antemano que no lo es. No pretendamos hacer algo real cuando no es cierto. Mi hermana siempre confunde las películas “basada en hechos reales” y “una historia real”. En ambos casos, existirán escenas dramatizadas con fines recreativos. Es importante, sobre todo en las novelas de época que no busquemos una veracidad inexistente. Los acontecimientos de la novela pueden ser basados en hechos reales, como lo es la guerra, el secuestro o un golpe de estado; pero aún haciendo uso de fechas o nombres históricos, no podemos pretender que “es una historia real”. Es muy sencillo no caer en este tipo, evita las palabras: real, verdadero, historia, etc. Usa en su lugar expresiones que suenen a “ficción”, como: “Según los registros”, “los relatos”, “testimonios”, etc. Esto no solo vuelve la narración menos comprometedora, sino que nos da a entender que está basada en la apreciación de determinado grupo o persona. He encontrado un ejemplo de un inicio que ayude a comprender la forma en cómo evitar este punto. «En una supuesta sociedad policial, el estado ha conseguido el control total sobre el individuo.» (Sinopsis) 1984, de George Orwell. Una novela que muchas personas creen que estamos “viviendo en la actualidad”.
ROMPER LA CUARTA PARED – Este punto es uno de los que menos entusiasmo provocan en mi para continuar la lectura. Las novelas que inician con: “¿He capturado tu atención? Porque lo que voy a relatarte..,” o, “Esto que estás a punto de leer, es mi historia…” Sigo sintiendo un rechazo por la narrativa donde se rompe la cuarta pared. La narrativa en segunda persona, puede ser demasiado nueva para que la acepte como las otras; pero reconozco que también puede ser atractiva siempre y cuando el autor sepa conducirla. No es un simple, tú, tú y tú. Hay mucho más implícito en esa forma de narrar. Para ejecutarla correctamente, se debe leer mucho a otros autores que la han usado de forma magistral; aunque reconozco que llevar a cabo una novela completa en segunda persona no es fácil y el lector puede abrumarse con este tipo de narrativa.
LOS PROLOGOS – Soy de las personas que no gustan de los prólogos. Siempre he dicho que una historia que “debe” ser explicada no está bien descrita. El prologo se suele usar para aclarar al lector sobre qué y quienes componen la historia que van a leer. Pone bajo la lupa algunos aspectos importantes de la trama para que a medida que avanza la lectura, el lector comprenda el porqué de ciertos acontecimientos. Yo no gusto de esas explicaciones. Una pre lectura, o casi una sinopsis no me es agradable. Me agrada descubrir de a poco quienes son los personajes y las tramas con sus motivaciones que se desvelan en cada escena o capítulo. Pero hay personas que sí aprecian un buen prologo. Si vas a hacer uso de esta herramienta, debes analizar sus funciones, su fin, para que puedas darle el uso adecuado. Escribir un prologo, puede ser el éxito o el fracaso de la historia, que el lector siga con el libro en sus manos, o por el contrario lo deje a un lado para no volverlo a tocar.
INICIOS EXTRAVAGANTES – Se nos ha dicho que las primeras líneas deben “capturar” la atención del lector. Es claro que debe de ser de esa manera, sin embargo, no debe porque ser extravagante, exagerado e irrisible. No me gustan mucho los inicios con un diálogo, mucho menos cuando quien habla (de quien aun no se nada) emite un gritó desesperado, llaman a la policía, insultan a alguien o hacen un monologo porque está al borde de un precipicio. O las historias que comienzan con una masacre, una persecución de extraterrestres o la metamorfosis del maestro de clase de biología, me harán pensar en la calidad del resto de la novela en cuestión. Aclaro, sí puedes escribir ciencia ficción, fantasía o terror, pero no es necesario hacerlo con la peor descripción posible. Recuerda que lo exagerado no necesariamente capta la atención del lector. Un inicio puede contener información o una ejecución que hace al lector interesarse, o al menos, tener la curiosidad sobre qué viene la historia, darle pautas para que eso mismo le haga seguir leyendo.
TANTO MAS, O TANTO MENOS, QUE EL LECTOR NO ENTIENDE–Uno de los principales infractores de esta regla es cuando los personajes comienzan con un largo diálogo inexplicable, la oración es demasiado larga y no hay contexto para que el lector la entienda. Queremos saber quién está hablando, dónde están y con quién están hablando. Como regla general, no empieces con situaciones que como lectores no entendemos. Brindar información excesiva o casi nula, no capturará la atención de quien lee. Cuando brindamos “demasiado”, el lector puede no ser capaz de captar toda esa información y procesarla como importante. Al contrario, cuando damos muy “poca”, ésta puede ser también ignorada porque es tan ínfima que el lector no le da la importancia que merece. Debes aprender a usar las palabras de forma correcta. Estamos hablando de un comienzo… y esto requiere que la dosis sea correcta para que el lector no abandone la lectura, sino logre interesarse en la siguiente línea, y la que sigue…
Muchos autores, escritores profesionales y de hobbie, saben que toda regla puede romperse. Pero para doblar o romper una regla hay que conocerla. Es indispensable que si tienes un verdadero interés en la escritura creativa, no confíes en la “simple inspiración”. Debes, y necesitas, conocer bien el idioma, las reglas de escritura, las diferentes técnicas. Evita el uso y abuso de los clichés, de la escritura redundante, trata a lector con respeto y el respetará tu trabajo. Ya sea que te auto-publiques en tu propio blog, o en una plataforma de venta, etc., ten en cuenta que cada palabra que uses, cada línea que escribas, te representa. Siempre muestra la mejor versión de ti.
Aunque no lo creas, existe un “Concurso de los peores comienzos para una novela”. Empezó como una forma de burla para autores (publicados), con malos inicios; pero sigue vigente después de cuarenta años. En la actualidad ya realizaron la premiación de este año 2022. Los participantes, enviaron su peor texto como comienzo para una novela ficticia, y los ganadores hacen uso de su ingenio para mostrar su sarcasmo ante mucho de los errores que en esta entrada hemos planteado. Si tienes curiosidad, te dejo el enlace aquí (solo en inglés): The Bulwer Lytton Fiction Contest.
Aquí dejo la traducción libre del ganador 2022: John Farmer, de Aurora, Colorado.
"Supe que ella era un problema en el momento en que entró en mi tienda de delicatessen, lavandería y agencia de detectives las 24 horas, y después de dejar caer un montón de innombrables en una de las máquinas de trabajo pesado (un error que pronto se convertiría en mortal) ella recurrió a mí, pidiéndome dos cosas: encontrar a su marido desaparecido y prepararle un salami con centeno y mostaza picante, rompiendo en llanto cuando le dije que no la podía ayudar, que se me acabó el salami".
Debo confesar, que el inicio de “It was a dark and stormy night.” siempre fue mi peor comienzo predilecto, escrito por primera vez, en la novela: Paul Clifford, (1830) del autor inglés: Edward Bulwer Lyntton (Sí, el mismo de los premios) quizá porque lo leí en una imagen de mi personaje favorito canino: Snoopy. Aunque más que ser un mal inicio de novela, es el máximo exponente de la prosa púrpura, que hablaremos alguna vez.
“Snoopy”, Creado por Charles Schultz
¿Cuál es el peor comienzos que has escrito? ¿Con que inicio te atreverías a concursar en el concurso de Bulwer Lytton? Cuéntanos en los comentarios, nos encantará conocerlos.
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¡Nos leemos!
KM
Pues de comenzar con un diálogo y un grito soy culpable... pero sé que voy a tener este artículo en mente a partir de ahora.
No me acuerdo cual es el peor inicio en algún relato.Seguro que no los hay buenos.
Si no es buen inicio lo será a juicio de otros pero para mi al crear la historia si lo es.
Mi opinión personal es que valorar el inicio de relato siempre será un juicio de valor.