top of page

CUIDADO CON ESE TONO...

Hola, queridos compañeros de letras.


¿Alguna vez han sentido los pelillos de la nuca erizarse y temer lo que sigue al dar vuelta la página? ¿Acaso leyeron sin inhalar un fragmento donde nuestro protagonista lucha por salir a la superficie en un mar endemoniado, con peligros por doquier? ¿Has sentido alguna vez una inquietud tan profunda por la forma en que el libro está escrito que te preguntas si seguirás leyéndolo o no? Pues eso y mucho más me sucede cuando leo. En ocasiones he tenido que dejar libros porque no era el ambiente lo que me causaba desasosiego, sino el tono que me anticipaba de qué iba la historia. Y aquí vamos con esta cuestión. La tonalidad de un texto, el cual difiere del ambiente.


Como para muestra basta un botón, seguramente has tenido contacto con la obra póstuma de Stieg Larsson, autor de "El hombre que no amaba a las mujeres" y otros libros, tanto en saga como independientes. Leí uno de sus novelas, y me causó profunda inquietud. No por el ambiente, que no es para nada macabro, sino por el tono en que ciertas escenas se desarrollan. La obra me interesaba, yo me había sumergido en ella sin salvavidas, y por momentos necesité hacer una pausa para decidir si seguía o no. Lo terminé. Tuve en mis manos la continuación… pero no me atreví a seguir por su tonalidad.

Seguramente has escuchado la palabra tono referida a la música o a actos del habla, pero en escritura también hablamos del tono o correctamente, de la tonalidad. Y ya en tema, a él nos dedicaremos.

La tonalidad, al igual que el ambiente, es creado por el escritor para generar emociones en el lector. Es por ello que los que escribimos tratamos de dar con las palabras adecuadas a lo que queremos decir (ya sea una carta solicitando que nos reintegren un dinero, en la que podemos tanto amenazar con acciones legales como intentar encontrar una solución compartida, por ejemplo).

Y si vamos a la literatura, la cosa se pone más que interesante. Como lector, muchas veces damos cierta tonalidad o tonos a los parlamentos de los personajes, y también al narrador. Esto es porque tanto unos como el otro tienen su propia tonalidad.


La tonalidad se crea por la reacción del lector hacia el texto. Es así como puedes sentirte impaciente, angustiado, feliz, deseoso por saber lo que sigue o con temor a lo que puede suceder al dar vuelta la hoja… o al abrir la puerta. Podemos crear un texto pesimista, juguetón, alegre, colérico, pomposo, formal, trágico, etc. Hay tantos tonos como emociones, y no se crea solo por lo que los personajes dicen, sino también por el modo en que lo hacen, y por lo que callan.


De este modo, un simple “hablemos”, puede variar según sea una pareja que está por formarse o por separarse, un mafioso con un secuaz, o un amigo con otro en problemas, dependiendo siempre del contexto.

A través de la tonalidad el escritor se relaciona con el lector, llegando incluso a reflejar su actitud personal u opinión.

Para lograrlo hay diferentes técnicas: imágenes, puntuación, forma particular de estructurar las oraciones, entre otras. Todo esto ayuda a determinar la voz narrativa y las voces de los personajes, de modo que el lector no sólo entiende las palabras sino también el significado con que son dichas.


El tono del narrador

El narrador tiene tonalidad, puede ser escéptico, burlón, neutro, informal, agresivo, etc., tiene relación con la forma en que narra, eligiendo las palabras para crear una emoción en el lector.


El tono en que los personajes hablan

Los personajes también hablan…, se mueven y callan. Es así como podemos visualizar la escena. A través de sus palabras y acciones los podemos visualizar mejor.


Veamos algunos ejemplos, donde un hombre desea sentarse al lado de una mujer:

—Mi querida, señora, no espero más que el placer de disfrutar de vuestra compañía. ¿Puedo sentarme a su lado?

—Querida, Ángela, ¿me puedo sentar a tu lado?

—Hala, nena. El lugar está libre, por lo que pienso acomodarme. Si te molesta, puedes elegir otro lugar.


El tono con el que hablan los personajes nos da idea de su estado emocional, edad, ocupación, posición social, etc.


Veamos algunas características de los tonos en que pueden hablar nuestros personajes:

  • Si están alegres o coléricos se manifiestan con gran variedad de inflexiones, intervalos más extensos y tonos más agudos que la disposición de ánimo cotidiano y normal.

  • Si se encuentran en los estados de abatimiento y tristeza, su modo de entonar es bajo, uniforme, sin picos, incluso pueden llegar a que no se les escuche lo que dicen, y que interrumpan su discurso.

  • Si queremos crear un tono contemplativo, lo aconsejable es usar oraciones largas, mientras que emplearemos las oraciones cortas para una escena de acción.


Atención: Una novela no necesariamente tiene el mismo tono de principio a fin, puede ser algo agotador para quien la lee, pero lo que sí debemos tener en cuenta es que el tono debe estar acorde con el ambiente, la trama, el tema y el estilo.


¿Algo más sobre el tono? Veamos diferentes tonos. Algunos tonos son veraces, aseveran sin dejar lugar a duda alguna. Entre ellos podemos distinguir los siguientes:

  • Imperturbable: no se pone nada en duda ni se lo explica. Simplemente se lo dice.

—Tu padre era un rojo, un comunista, y era necesario eliminarlo. Así de simple, así de sencillo.

Nada era sencillo en esos días. La sucesión estaba determinada por los ciclos de la naturaleza. Levantarse antes de que salga el sol, un breve tazón de café recalentado y de inmediato salir a los campos a ordeñar las vacas. Y así día tras día.


  • Confesional: revela determinadas circunstancias reforzando la veracidad de lo que se cuenta.

—Tenía las cartas en la mano, estaba intentando quemarlas. Corrí velozmente hasta la estufa y tomé las que pude quemándome las manos. Me miró con la ira pintada en el rostro.

Nada de lo que aquí se relate deberá salir a la luz. Los hechos ya han sido realizados, no hay que los cambie. Todos han muerto, y los que han quedado, no recuerdan las atrocidades que entre todos cometieron.

  • Profético: da la mayor cantidad de detalles posible para demostrar que se conoce lo que se cuenta.

—No lo esperes. Está en la prisión condal. De ahí nadie sale, y él menos que nadie. Antes de la nueva luna morirá.

Ninguno sabía lo que sobrevendría. Una nueva catástrofe se preparaba para abatirse con los moradores de la comarca.


Podemos también encontrar los tonos indagatorios, propios de textos donde tenemos alguna investigación.

  • Avizor: Se narra cómo al acecho de un secreto que se esconde y que se intentará revelar al lector en las próximas páginas del relato. Se usa en historias policíacas.

· En ese entonces no imaginé que esa solicitud de trabajo sería la pista que me conduciría al centro de la organización.

· De pronto lo vio. Pequeño, muy brillante en su pequeñez, oculto entre los tablones del piso. Solo un ojo preparado podía encontrarlo. Y ese era èl.

  • Revelador: Se narra la investigación y, casi inmediatamente, el descubrimiento o la comprobación del hecho.

· Entró por la ventana. Eso es, aquí hay un rastro de barro. Miré el cierre con la lupa, una pequeñísima muesca me indicó lo que esperaba: el cierre de la ventana fue forzado.

· Una pequeña huella de barro, apenas algunas hebras de hierba adheridas fueron la pista para encontrar por dónde había entrado.

  • Hipotético: plantea conjeturas, no hay certezas.

· No puede haber sido la mucama. Es demasiado obvio. Tampoco lo es el mayordomo, estaba en el pueblo. Lo que nos deja como sospechosos al doctor Mortimer y a la señorita Langsdon.

  • Receloso: despliega sospechas. Suele detener la investigación del relato.

· Todos estaban en la sala cuando la muerte de lord Montgomery acaeció. Todos, incluido el servicio.

  • Interrogativo: incluye preguntas y explicaciones.

Por cierto, ¿quién puede asegurar que la cocinera estaba, como afirma, dando los últimos toques al pato a la naranja? No se lo podía haber sazonado antes, ¿verdad? El sabor sería diferente,… ¿o no?

  • Dubitativo: introduce dudas.

· No pudo haber sido la mucama. Ella estaba hacienda sus tareas en el cuarto de la señorita Paula. ¿a qué hora fue encontrado muerto lord Montgomery? Oh, sí, a la una menos cuarto. Y a esa hora, la mucama estaba… ¿dónde se encontraba, señorita?


  • Irónico: presenta aspectos contradictorios entre sí.

Por supuesto que no pudo haber sido el jardinero. Porque con todo el trabajo que tiene de mantenimiento, no puede haber tenido tiempo para limpiarse las botas antes de entrar en la habitación y eliminar probables huellas. No, tiene que haber tenido mucho tiempo y con lo ocupado que siempre dice que está, no puede haber sido.


  • Nostálgico: manifiesta anhelo por el pasado idealizado, por lo general no es muy realista al respecto ya que tiende a aumentar los buenos momentos y a minimizar los aspectos negativos.

Era un gran hombre. No podemos decir que sus arranques de ira eran demasiado frecuentes. Ha hecho mucho por la comunidad, desde el apoyo al hospital local hasta la construcción de casas para aquellos obreros que no tenían donde caer muertos. Hasta me da pena que tantas obras queden ahora sin su constante estímulo, ahora que ha muerto.


  • Sombrío o solemne:

No había nada en el jardín. Caminé por el sendero cubierto de hojas muertas hacía tiempo. Los vidrios de las ventanas estaban rotos y sucios, con manchas de mucho tiempo atrás. Mis pies hacían crujir las hojas secas, no pude evitar pensar en los pequeños huesos de los niños incinerados.


  • Intriga: sensación de temor, anticipación de un peligro. Propio de novelas de intriga o misterio, da una sensación de ansiedad.

Uno a uno fuimos acercándonos al centro del pueblo. Los grandes miraban, los niños pronto los imitaron y al cabo de unos minutos, hasta los perros enmudecieron y se quedaron quietos. El aire no se movía. El silencio era aplastante.


¿Y tú? ¿Eres de los escritores que se ocupan del tono narrativo y del tono en que sus personajes se expresan? ¿Eres de los que toman pequeñas notas cuando el tono de algo que estás leyendo te impacta? Cuenta tu experiencia.


Nos encontramos en el próximo artículo.

Laura

Café Literautas

29 visualizaciones4 comentarios
enero, 2020
febrero, 2020
marzo, 2020
abril, 2020

 Cierre reto mensual
Retos --22/23

bottom of page