LA CONCORDANCIA VERBAL
Hola, queridos compañeros, ¿cómo se encuentran?
Hoy nos encontramos frente al tercer caso de concordancia, la concordancia verbal, que exige concordancia entre el número y la persona.
No hay muchos estudios sobre la concordancia verbal en español. Los gramáticos tradicionales se basan en la igualdad o conformidad morfológica de las palabras dentro de la oración (Vicente Salvá y Andrés Bello). Los gramáticos modernos no solo toman en cuenta los aspectos semánticos y morfológicos, sino que también analizan la función que las palabras cumplen dentro de la oración (Alarcos Llorach).
A los efectos del presente trabajo, se tomó como fuente de consulta el Diccionario Panhipánico de Dudas.
Así planteado, lo que a todas luces puede ser sencillo, no lo es tanto. Así, pues, comencemos a analizar los casos especiales de concordancia verbal.
1. Sujeto de varios elementos en singular unidos por una conjunción copulativa.
Debe tenerse en cuenta lo siguiente:
a) Si los elementos coordinados se refieren a entidades distintas, el verbo va en plural:
Su voz y su gesto han hecho nido en mi corazón». (Matos Noche [Cuba 2002])
«En el patio crecían un magnolio y una azalea». (Mendoza Ciudad [Esp. 1986])
Pero si dichos elementos se conciben como una unidad, de la que cada uno de ellos designa un aspecto parcial, el verbo puede ir también en singular:
«El desorden y la algarabía es total» (Leñero Mudanza [Méx. 1979]).
En ese caso es frecuente que solo lleve determinante el primero de los elementos coordinados:
«La dirección y realización corrió [...] a cargo de Manolo Bermúdez» (Díaz Radio [Esp. 1992]).
El verbo suele ir asimismo en singular cuando el sujeto va pospuesto y los elementos coordinados son sustantivos abstractos o no contables, especialmente si aparecen sin determinación:
«Me gusta el mambo y el merengue». (GaRamis Días [P. Rico 1986]).
«Solo me queda ánimo y tiempo para responderle lo que sigue». (Proceso [Méx.] 20.10.96).
b) Si los elementos coordinados se refieren a una misma cosa o persona, el verbo irá necesariamente en singular:
«La actriz y cantante está bastante molesta» (Universal [Ven.] 17.4.88).
c) Si los elementos coordinados son gramaticalmente neutros, como infinitivos, oraciones sustantivas o pronombres neutros, el verbo va en singular:
«No creo que sumar y restar sea lo suyo». (Sierra Regreso [Esp. 1995]).
«Le gusta que la quieran y que la apoyen». (Tiempo [Esp.] 3.12.90).
«Ni aquello ni esto hubiera sido posible». (Abc [Esp.] 25.1.85).
Si los elementos neutros coordinados se conciben o presentan en el enunciado como realidades diferenciadas, contrastadas o enfrentadas, el verbo irá en plural:
«Informar y opinar SON los dos fines específicos y diferenciales del periodismo». (MtzAlbertos Noticia [Esp. 1978]).
2. Sujeto de un elemento en singular unido a otro por junto con, además de, así como
Cuando a un elemento en singular le sigue otro, asociado a él mediante los nexos además de, junto con, así como, y todo el conjunto se antepone al verbo, este puede aparecer en singular, entendiendo que solo el primer elemento es, estrictamente, el sujeto oracional:
«Fermín, junto con la madre, la arrastra hacia afuera». (Gambaro Malasangre [Arg. 1982]);.
«El saxo, así como otros instrumentos de viento y numerosos objetos culturales de forma alargada, es tenido por símbolo fálico». (Quezada Mensaje [Chile 1992]).
También se pueden considerar en plural, entendiendo que esos nexos funcionan a modo de conjunción copulativa y dan lugar, por tanto, a un sujeto plural:
«Ese sacerdote, junto con otros nueve, cruzaron la puerta e iniciaron la marcha». (Velasco Regina [Méx. 1987]).
«La velocidad de salida de la Tierra, así como la de llegada a Marte son también demasiado elevadas». (RzGopegui Hombres [Esp. 1996]).
En el caso de que el elemento que no lleva el nexo sea el que aparece inmediatamente antes del verbo, este solo podrá ir en singular:
«Junto con Roca, Mitre dominó la escena nacional del fin del siglo». (Giardinelli Oficio [Arg. 1991] 276).
Si todo el conjunto se pospone al verbo, o un elemento aparece delante y otro detrás, el verbo va asimismo en singular:
«En mi habitación ahora dormía mi hija Angélica, junto con su compañero». (Bolaño Detectives [Chile 1998] 378).
«Hace falta una gran perspicacia, así como un innegable don de la oportunidad». (GaSánchez Alpe d’Huez [Esp. 1994]).
«Además de dos monjitas, asistía el capellán del colegio». (Araya Luna [Chile 1982]).
3. Sujeto de un elemento en singular unido a otro por la preposición con.
Si un elemento en singular va inmediatamente seguido de un complemento de compañía precedido de con, lo normal en la lengua general actual es que el verbo vaya en singular, entendiendo el complemento preposicional como un simple circunstancial:
«Don Floro con sus hombres prepara una mesa» (Candelaria Guadalupe [Col. 1975]).
No obstante, puede admitirse la concordancia en plural con el verbo, entendiendo que la preposición funciona a modo de conjunción copulativa:
«Llegaron al puerto el padre con el hijo» (Gutiérrez Copa [Chile 1968]);
«El doctor con su esposa llegaban tarde» (Lezama Oppiano [Cuba 1977]);
De esta concordancia existen ya ejemplos en el español medieval y clásico, y hoy se da con cierta frecuencia en algunas zonas de América. La posibilidad de poner el verbo en plural en estos casos ha dado lugar a una construcción especial, extendida en varios países de América y, en España, en zonas de influencia del catalán, que consiste en poner el verbo en primera persona del plural cuando el sujeto es un «yo» elidido que lleva asociado un complemento precedido de con, presente en la oración:
«Dile a la Rubia que con Pablo estuvimos haciendo el elogio más subido que puede hacerse por dos poetas de una dama ausente». (Asturias Carta [Guat. 1950]).
«Vos sabés, Tita, que con Ana María fuimos una pareja que nos quisimos mucho». (Pavlovsky Potestad [Arg. 1985]).
En ambos ejemplos el contexto permite determinar con claridad que en la acción están implicados solo dos individuos, el yo que habla y la persona que se menciona en el complemento preposicional; así, las construcciones resaltadas en los ejemplos equivalen, respectivamente, a yo y Pablo estuvimos, yo y Ana María fuimos; pero en muchos otros casos la construcción resultará ambigua, pues en el español general se interpreta que el sujeto del verbo en primera persona del plural es un «nosotros» (quien habla y alguien más), al que se sumaría la persona mencionada en el complemento preposicional; por ello, aun siendo normal en el habla culta de algunas áreas del mundo hispánico, se recomienda evitar esta construcción en aquellos casos en que el hablante perciba el riesgo de no ser correctamente interpretado.
4. Sujeto de dos elementos en singular unidos por tanto... como.
El verbo debe ir en plural:
«Tanto mi hermano como su novia iban pendientes de la carretera». (VqzMontalbán Soledad [Esp. 1977]).
5. Sujeto de varios elementos en singular unidos por una conjunción disyuntiva.
Debe tenerse en cuenta lo siguiente:
a) Cuando la conjunción o es propiamente disyuntiva y une, por tanto, elementos referidos a entes distintos, el verbo puede ir en singular o en plural. Si la disyunción se presenta como excluyente, obligando a seleccionar como sujeto uno solo de los elementos coordinados, el verbo va en singular:
«Una misma opinión es diferentemente valorada si la expresa un hombre o una mujer». (Orúe/Gutiérrez Fútbol [Esp. 2001]).
Si la disyunción expresa indiferencia, presentando, simplemente, distintos sujetos posibles, el verbo puede ir indistintamente en singular o en plural:
«Solo un idiota o un ciego podría confundirla con su melliza». (Andahazi Piadosas [Arg. 1999]).
«Seguramente mi madre o mi abuela habían ido a casa de algún vecino, porque la puerta de casa estaba ligeramente entornada». (Llongueras Llongueras [Esp. 2001]).
Si los sustantivos van seguidos de un adjetivo en plural, el verbo irá forzosamente en plural:
«El oído o el ojo humanos no perciben tal distorsión». (Neri Satélites [Méx. 1991]).
Si la conjunción o une los dos últimos elementos de una enumeración no exhaustiva, el sujeto representa la suma de todos los elementos de la enumeración y el verbo va, por tanto, en plural:
«Julio Espinosa, Ana Fernández, Gonzalo González o Pedro Hernández son algunos de los que conforman la lista de autores». (Canarias 7 [Esp.] 17.5.99).
b) Cuando la conjunción o denota identidad o equivalencia, el verbo debe ir en singular, ya que los elementos coordinados se refieren a la misma cosa:
«El quejigo o roble enciniego no forma grandes masas». (VV. AA. Bosques [Esp. 1998]).
6. Sujeto de un solo sustantivo al que van referidos varios adjetivos ordinales.
Aunque el sustantivo esté en singular, el verbo irá en plural:
«La primera y segunda división conservarán su representación actual» (Nación [C. Rica] 11.4.97).
7. Sujeto de nombre colectivo.
Los sustantivos colectivos son aquellos que, en singular, designan un conjunto de seres pertenecientes a una misma clase (gente, clero, familia, rebaño, hayedo, cubertería, etc.); los colectivos denotan por sí mismos la clase de seres a la que pertenece el conjunto (la gente se compone de personas, el clero de clérigos, la familia de parientes, etc.). Cuando uno de estos sustantivos funciona como sujeto, el verbo debe ir en singular, así como los pronombres o adjetivos a él referidos:
«El rebaño se aleja definitivamente». (Bojorge Aventura [Arg. 1992]).
«Esa misma gente prefiere que la embauquen a sentirse defraudada». (Esquivel Deseo [Méx. 2001]).
A veces, sobre todo cuando sujeto y verbo están alejados por la existencia de elementos interpuestos o incisos, el verbo va indebidamente en plural, al realizarse la concordancia de acuerdo con el sentido plural del nombre colectivo, y no con su condición gramatical de sustantivo singular:
«Esa gente nos están masacrando». (RdgzJuliá Peloteros [P. Rico 1997]). Lo correcto en este caso sería: Esa gente nos está masacrando.
«La gente que componía todas esas regiones de Santander del Sur, sur de Bolívar y parte de Antioquia fueron muy afectadas por la violencia oficial». (Calvo Colombia [Col. 1987]); en este caso la forma correcta de la oración debería ser: La gente que componía todas esas regiones de Santander del Sur, sur de Bolívar y parte de Antioquia fue muy afectada por la violencia oficial .
En estos casos, debió decirse nos está masacrando y fue muy afectada, respectivamente.
La concordancia en plural sí es admisible cuando se pasa de una oración a otra, pues en ese caso al segundo verbo le corresponde, en realidad, un sujeto plural tácito:
«La gente se acercaba y en cuanto veían la escena chillaban». (Llongueras Llongueras [Esp. 2001]).
«Preguntábamos a la gente cómo se imaginaban que era Manuel Rodríguez». (Ruffinelli Guzmán [Ur. 2001]), esto es, cómo se imaginaban [ellos] que era...
En las oraciones copulativas con ser cuyo atributo no es un adjetivo, sino un sustantivo, tanto el verbo como el atributo van en plural:
«Esta gente son asesinos» (Universal [Ven.] 7.4.97);
pero si el atributo es un adjetivo, es incorrecta la concordancia en plural:
«La gente aquí son desordenados». (Santiago Sueño [P. Rico 1996]); debió decirse: La gente aquí es desordenada.
Cuando en el colectivo está incluida la persona que habla o a quien se habla, es normal en el habla coloquial poner el verbo en primera o segunda persona del plural:
«La gente de teatro nos conformamos con poco y nada». (Clarín [Arg.] 12.2.97).
«A los pocos días, toda la familia navegábamos por el Atlántico». (Olmos Marina [Esp. 1995]).
«La gente mayor siempre habláis de la vida». (Gala Ulises [Esp. 1975]).
8. Sujeto de cuantificador + de + sustantivo en plural.
Los sustantivos cuantificadores son aquellos que, siendo singulares, designan una pluralidad de seres de cualquier clase; la clase se especifica mediante un complemento con de cuyo núcleo es, normalmente, un sustantivo en plural: la mitad de los animales, la mayoría de los profesores, una minoría de los presentes, el resto de los libros, el diez por ciento de los votantes, un grupo de alumnos, un montón de cosas, infinidad de amigos, multitud de problemas, etc. La mayor parte de estos cuantificadores admiten la concordancia con el verbo tanto en singular como en plural, dependiendo de si se juzga como núcleo del sujeto el cuantificador singular o el sustantivo en plural que especifica su referencia, siendo mayoritaria, en general, la concordancia en plural:
«Hacia 1940 la mayoría de estos poetas había escrito lo mejor de su obra». (Paz Sombras [Méx. 1983]).
«La mayoría de los visitantes habían salido». (Marías Corazón [Esp. 1992]).
«Una veintena de personas ocupaba la sala». (Chavarría Rojo [Ur. 2002]).
«Una veintena de curiosos observaban de lejos a un piquete». (PzReverte Maestro [Esp. 1988]).
Sin embargo, cuando el verbo lleva un atributo o un complemento predicativo, solo es normal la concordancia en plural:
«La mayoría de estos asesinos son muy inteligentes». (Mendoza Satanás [Col. 2002]).
«La inmensa mayoría de las casas permanecían vacías». (Savater Caronte [Esp. 1981]).
Los sustantivos cuantificadores que se usan sin determinante (infinidad, cantidad, multitud) establecen la concordancia obligatoriamente en plural, pues, en realidad, forman con la preposición de una locución que determina al sustantivo plural, que es el verdadero núcleo del sujeto:
«Infinidad de católicos desatendieron semejante orden pontificia». (Vidal Ocultismo [Esp. 1995]).
«Cantidad de organizaciones se dedican a [...] ayudar a personas que han sido víctimas de abuso sexual». (NHerald [EE. UU.] 21.10.97).
9. Sujeto de nombre común en plural con verbo en primera o segunda persona del plural.
Cuando el sujeto es un sustantivo plural y se desea señalar que en su referencia está incluida la persona que habla o a quien se habla, el verbo se pondrá, respectivamente, en primera o en segunda persona del plural:
«Los cubanos tomamos café por la mañana». (Matos Noche [Cuba 2002]).
«¡Vaya, todos los chicos sois iguales!». (Llongueras Llongueras [Esp. 2001]).
10. Concordancia verbal en oraciones copulativas.
ser cierto, evidente, necesario, posible, preciso, probable, etc. En estas estructuras, el adjetivo, que expresa obligación, evidencia, probabilidad, etc., es el atributo y debe concordar en género y número con el sujeto, que, sea nominal u oracional, suele ir pospuesto:
«Es precisa la intervención del Estado para corregir los desequilibrios». (Olivera Salud [Esp. 1993]).
«Son necesarias extraordinarias precauciones para conjurarlo». (Cousté Biografía [Arg. 1978]).
«Es imposible escaparse de su olor». (Salazar Selva [Col. 1991]).
«Es evidente que la porcelana es más elegante». (Hidalgo Azucena [Esp. 1988]).
No es correcto considerar estos adjetivos como invariables:
«Es preciso la devolución del dinero». (NProvincia@ [Arg.] 6.5.05); debió decirse es precisa, puesto que el sustantivo devolución es femenino: Es precisa la devolución del dinero.
En todos estos casos, cuando el sujeto es una oración subordinada, esta nunca debe ir precedida por la preposición de (dequeísmo)
«Es cierto de que el nuevo Reglamento de Tránsito y Seguridad Vial [...] contiene 157 sanciones». (Hoy [El Salv.] 26.6.96); debió decirse Es cierto que...
11. uno de los que + verbo.
La presencia de dos elementos en esta construcción, uno singular (uno) y otro plural (los que), hace que se vacile entre poner el verbo en singular o en plural:
«Uno de los que logró llegar a la orilla [...] hubo de lanzarse de nuevo al agua». (País [Esp.] 11.10.80).
«Uno de los que votaron en contra fue el ex ministro sin cartera». (País [Esp.] 2.2.84).
La concordancia gramaticalmente más correcta es la que lleva el verbo en plural, pues el sujeto es, en estos casos, el relativo plural los/las que; pero se admite también la concordancia en singular. Si esta construcción forma parte del atributo de una oración copulativa y el sujeto del verbo ser es un pronombre de primera o de segunda persona del singular (yo, tú/vos), el verbo de la oración de relativo debe ir en tercera persona, preferentemente del plural, aunque también se admita el singular:
«Yo era uno de los que pugnaban para que la Basílica se constituyera en diócesis autónoma». (Proceso [Méx.] 3.11.96).
«Yo fui uno de los que besó su mano». (Serrano Dios [Col. 2000]).
No es correcto poner el verbo en primera o segunda persona del singular:
«Vos eras uno de los que estabas con la gente que huyó». (Semana [Col.] 1-8.10.96). En este caso, corresponde la segunda persona: Vos eras uno de los que estaba/estaban con la gente que huyó
12. yo soy de los que, tú eres o vos sos de los que + verbo.
Se trata de una construcción partitiva en la que se ha elidido el indefinido uno (soy [uno] de los que, eres/sos [uno] de los que), por lo que la concordancia se atiene a los mismos criterios expresados en el párrafo anterior; así, el verbo de la oración de relativo deberá ir, preferentemente, en tercera persona del plural, en concordancia estricta con su sujeto gramatical, que es el relativo plural los/las que:
«Soy de los que piensan que solo la vida intensamente vivida merece la pena». (Rojo Matar [Esp. 2002]).
Menos recomendable, aunque admisible, es poner el verbo en tercera persona del singular, concordando con el indefinido elidido uno:
«Yo soy de los que cree que a la historia no la para nadie». (Herrera Casa [Ven. 1985]).
Debe evitarse la concordancia en primera o segunda persona del singular:
«Soy de los que pienso que este es un proceso que se tiene que hacer bien» .(Vanguardia [Esp.] 18.8.94). Corresponde, en este caso, Soy de los que piensan que este es un proceso que se tiene que hacer bien.
13. yo soy el que (o quien), tú eres o vos sos el que (o quien) + verbo.
Se trata de oraciones copulativas enfáticas cuyo atributo es una oración de relativo sin antecedente expreso. Si el sujeto del verbo ser es un pronombre de primera o de segunda persona del singular (yo, tú/vos), el verbo de la oración de relativo puede ir, bien en tercera persona del singular, en concordancia estricta con su sujeto gramatical (el/la que o quien), opción mayoritaria en el habla culta:
«Yo soy el que manda acá». (Soriano León [Arg. 1986]);
bien en primera o segunda persona del singular, concordando con el sujeto del verbo ser, opción habitual en el habla coloquial y que expresa mayor implicación afectiva por parte del hablante:
«Por primera vez en mi vida yo soy la que tengo el control». (Santiago Sueño [P. Rico 1996]).
Si se invierte el orden y la oración de relativo antecede al verbo ser, es menos frecuente que el verbo aparezca en primera o segunda persona; así, es más normal decir
El que manda soy yo que El que mando soy yo.
Cuando el sujeto de ser es un pronombre de primera o segunda persona del plural (nosotros, vosotros), el verbo de la oración de relativo no va nunca en tercera persona, sino que la concordancia se establece siempre con el pronombre personal:
«Nosotros somos los que mandamos». (Chase Pavo [C. Rica 1996]).
Y aquí terminamos con esta serie de concordancias. Muchas de ellas tienen variaciones, pero hay usos que no se aceptan, por lo cual es importante que los tengamos en cuenta.
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Espero que este estudio te sea útil. Por supuesto, tu comentario nos estimula y ayuda a seguir creciendo. Será hasta una próxima...
Saludos,
Laura
Gracias, veo que algunas no os habéis tomado tantas vacaciones como yo.
Un solo ejemplito de los innumerables errores de concordancia que se cometen en la prensa:
"El valor de las ventas externas de la fruta sumaron US$492,8 millones a junio".
(Salió en un periódico de ayer).
Magnífica reseña sobre las dificultosas concordancias.
Gracias, compañera.
Hola compañeros, muy buena la explicación. Volveré con más detención porque cometí dos errores en el ejercicio. Gracias. ESTHER
Son tan prolijas estas explicaciones, que solo las puede llevar a cabo el corregidor de la editorial; los autores, si trataran de tenerlas en cuenta, no tendrían tiempo de escribir su obra.