El vuelo chárter estaba a punto de despegar de Madrid cuando una chica entró en el avión y la azafata la llevó a la fila de asientos donde yo estaba ubicado, me levanté para cederle el paso ya que yo tenía pasillo y ella ventanilla.
—Por fin, creí que no lo conseguiría—dijo mirándome y expresándose en inglés, el tráfico de Madrid casi me hace perder el vuelo, habló más relajada.
El vuelo con destino Paris estaba organizado por la agencia Noris para presentar una exposición sobre figuras de Arte Moderno, los invitados éramos especialistas en ese campo.
Birdie que así se llamaba mi compañera de viaje resultó una chica muy agradable y de fácil conversación, ya en Paris nos esperaba un autobús para llevarnos al Hotel Meridian muy cercano a los Campos Elíseos, alojamiento programado por Noris para todos los asistentes al evento.
En el cóctel y antes de la cena nos encontramos bebiendo una copa de vino rojo y hablamos de mil cosas, la casualidad hizo que nos sentamos juntos durante la cena.
—¿Te apetece dar un paseo por los Camps Elíseos?
La noche de Paris estaba maravillosa y salimos a pasear por los alrededores del hotel antes de marcharnos a dormir.
La conversación con Birdie era muy interesante ella se dedicaba a representar una firma que coleccionaba obras de arte y yo era diseñador conceptual, enseguida la atracción fue mutua.
Nos marchamos cada uno a nuestra habitación y aunque las calles de París estaban animadisimas el cansancio también hacía mella después de todo un día de actividad.
Nos sentamos juntos a desayunar y también en el autobús que nos llevó a la exposición a la que estábamos invitados, resultó interesantísima y después del buffet nos quedó tiempo libre para visitar París.
—Llévame a conocer el Barrio Latino—me dijo apurando su taza de café.
—Encantado dije yo cogiéndole la mano y en el metro que también conocía la llevé a ver la torre Eiffel, él Barrio Latino, las librerías que hay a la orilla del Sena, él centro Pompidou y agotada me rogó que nos fuéramos al Hotel.
En el Hotel y como la noche anterior cada uno nos marchamos a nuestra habitación a descansar.
Después del desayuno nos dimos prisa para subir a la habitación, hacer la maleta y marcharnos cada uno por nuestro lado, yo volaba a Nueva York donde tenía mi centro de trabajo y mi apartamento en el barrio de Manhattan.
—Te invito a pasar un fin de semana en Nueva York, en mi apartamento, te enseñaré la ciudad.
—De acuerdo me dijo Birdie, encontraré un hueco y contacto contigo —dijo besándome en la mejilla.
Había pasado un mes cuando en mi wasap me saltó un mensaje de Birdie anunciándose su llegada el próximo viernes. Con gran alegría fui a recogerla al aeropuerto, nada más verla salir con su maleta sentí que mi corazón se alteraba a pesar de que no era la primera mujer que conocía
Nos besamos esta vez en los labios y salimos del aeropuerto directamente a Manhattan donde estaba mi apartamento, cruzamos el puente colgante muy animado como era viernes y las calles del barrio donde habitaba también muy ambientadas.
Nada más entrar en el apartamento Birdie silbó de admiración ¿te gusta mi choza le dije?
—Muchísimo —me contestó.
—Acomódate en la habitación de invitados.
—Ni hablar, quiero dormir contigo en tu cuarto me dijo, deshaciendo el equipaje de su maleta.
Salimos a dar un paseo por Manhattan era de noche, vimos a una monja atarse el zapato, la iluminación era excelente y entramos a cenar en un restaurante italiano llamado Rugantino para degustar su cocina.
Ya en el apartamento, con ropa cómoda y música para bailar, ella eligió una canción llamada Crazy interpretada por un cantante melódico, nos abrazamos con pasión y bebimos champán frío.
Fue una noche inolvidable y por la mañana después del desayuno nos fuimos a pasear por Nueva York, Central Park fue lo primero y después la estatua de la Libertad, tomamos algo ligero en un restaurante mexicano y seguimos paseando por las calles neoyorquinas.
Cansados nos marchamos al apartamento no sin antes cenar en un Restaurante griego.
Nuevamente en el apartamento nos enlazamos bailando eligiendo ella una canción llamada Nathalie.
Al día siguiente después del desayuno, visitamos el Noma, por la tarde Birdie volaba a Nueva Delhi, la llevé al aeropuerto y nos despedimos con un beso.
Nos encontraríamos de nuevo en La Habana y paseamos por la calle Obispo.
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