Sentado frente al computador, una hoja en blanco y el silencio de mis ideas. El reto lo tenía ante mis ojos. Se me ocurrió oprimir una tecla, era el signo de interrogación. ¿Y qué?, me pregunté. Nadie en mi interior dijo algo. Decidí teclear lo primero que se me ocurrió: Navidad. Sonreí. De inmediato me llegaron paz y amor, miré afuera, un sol radiante. Escribí: deseo la paz para mi país y para el mundo. En la radio anunciaron una paz mundial, mi corazón se agitó de alegría. Lástima que tan solo se tratara de mi imaginación.
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