top of page
nuevo logo trailorbrand.JPG
  • Facebook
  • Instagram

El mejor regalo de mi vida (B) - Amaranto - (R)



Deambulé entre las cabañas de barro con paja secada al sol, bajo un cielo nacarado, hasta que alguien me avisó del comienzo de la danza autóctona.


Tras un intervalo de silencio, escuché el clamor de unos tambores, anunciando la aparición de una hermosa fémina ataviada con una especie de falda con hojas y flores de hibisco. Sus senos estaban cubiertos con medios cocos pintados de negro y sujetos al cuello con unas finas ramas trenzadas. Sobre la cabeza tenía una corona floreada y hojas verdes acentuando su belleza. La gracia de sus movimientos acabó atrapándome extrañamente.

Después, un grupo de seis danzarinas engalanadas de indumentaria tradicional bailaron al ritmo de instrumentos de viento hechos con cañas huecas de bambú y tambores de pieles de animales.


Mi pensamiento no se apartaba de la primera bailarina, que felizmente tornó a aparecer, bamboleándose de una forma aún más atractiva, lo que me despertó un interés especial por conversar con ella cuando acabase su intervención.

—¡Me ha encantado verte bailar! —la abordé aturdido, en un idioma con el que pude hacerme entender.

—No te esfuerces, entiendo tu idioma, me contestó mirando unos apuntes que llevaba en la mano, lo suficiente para adivinar mi procedencia española.

—¡Qué sorpresa! ¿Cómo aprendiste mi lengua?

—Tengo unos amigos que residieron en España y lo aprendieron. Decidí pedirles que me lo enseñaran.

Creyéndome el dueño del boleto premiado, me ofrecí para seguir ayudándola a perfeccionar el idioma e intercambiarnos información sobre nuestros países.

Escabulléndonos en la orilla de un arroyo a las afueras del pueblo, acondicionado como si fuera una playa, continuamos charlando hasta el atardecer. Instante en que me invitó a albergarme en una choza deshabitada próxima a la suya para seguir hablando al otro día.


Cuando amaneció, me incorporé de la cama frotándome los ojos al escuchar unos pies descalzos accediendo a mi cabaña. Seguidamente una voz femenina me abordó.

—Te llevaré hasta un sitio de nuestra isla que muy pocos conocen —me bisbiseó al oído, tirándome a la vez de un brazo.

—¡Espera que me vista!—contesté entusiasmado por su presencia—. ¡Todavía no me he aseado!

—No hace falta que te peines ni te laves. Donde vamos hay mucha agua.

Descendimos unas escaleras donde nos esperaba una canoa de dos plazas a la que subimos, perdiéndonos río arriba.

A unos setecientos metros contemplamos una cascada. Era el paraje que mi adorable acompañante quería mostrarme. Pasamos el día charlando, bañándonos, danzando ella y disfrutando yo de su compañía, hasta el punto de que mientras lavaba unas frutas la abordé para darle un empujoncito hasta lanzarla al agua y sacarla después en brazos. Me abrazó regalándome un beso en los labios

—Sé que te gusto y tú a mí también. Quiero regalarte mi amuleto de la esperanza. Así, colgado en tu cuello te recordará nuestro pacto de amor.

—¡Conocerte, ha sido lo más bello que me ha pasado en la vida!


Al atenuarse el brillo solar retornamos a la canoa. Ahora, íbamos tomados de la mano, sin dejar de mirarnos a los ojos como dos enamorados.

—¡Si mi padre se entera de lo nuestro, me mata! —balbuceó mi atractiva bailarina—. Debía de estar en el espectáculo de danza hace tres horas. ¡Vámonos corriendo!

—¿Qué estabas haciendo con mi hija, granuja? ¡No saldrás vivo de aquí! —bramaba el padre saliendo del improvisado teatro de danza con un garrote en la mano y un cuchillo en la otra.

—¡Padre, deténgase, él no me ha tocado! —Trató de calmarle, mientras el resto de los bailarines intentaban apartarlo de mí.


Observando que el padre no estaba solo, al ver que familiares y amigos venían en su ayuda, decidí escaparme a toda prisa hacia la cabaña donde dormí. Ya de madrugada cogí mi mochila roja con todas mis pertenencias dentro y me fui de allí temiendo ser descubierto.

No era prudente regresar andando hasta el pueblo donde había desembarcado, por lo que alquilé una canoa muy ligera y remando río abajo salí a toda prisa.

Despistando a mis perseguidores, me refugié cerca de un peligroso acantilado hasta el anochecer. Luego, bordeé un sendero paralelo al mar; oculto bajo un sombrero que guardaba en mi mochila me personé en la estación de autobuses del pueblo para tomar el primer autocar directo al aeropuerto.


Cuando ocupé mi plaza en el avión sujeté el amuleto con mis manos y mirando por la ventanilla un escalofrío me recorrió la espalda.

Con el tiempo comprendí que aquella aventura sería el mejor regalo de mi vida.


109 visualizaciones18 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

El mensaje de las 10 y 10 - Amadeo- (R)

VOLVER A RECOPILACIÓN MAYO, 2023 Al atardecer, mientras corre en el parque un solo kilómetro, por su edad de setenta y uno años, el sobrepeso y antecedentes de salud según la recomendación del médico,

EL DEMONIO BAJO LAS AGUAS - PROYMAN1- (R)

VOLVER A RECOPILACIÓN MAYO, 2023 Últimamente el agua de la zona estaba contaminada y no conocíamos el motivo, las enfermedades asolaban a los habitantes del valle y los servicios sanitarios estaban de

La Revelación - Wanda- (R)

Sitio web: http://unrincondelalmablog.wordpress.com/ VOLVER A RECOPILACIÓN MAYO, 2023 Miré impaciente al reloj de la estación del tren que marcaba las 9:30. Contaba con el tiempo para llegar a la sala

bottom of page