20 de octubre de 1982
«Caminando en línea recta, no puede uno llegar muy lejos». El viejo preso, seguidor entusiasta de Saint-Exupéry, discrepó puntualmente del mensaje del francés. El cartel del Principito había decorado el rosario de celdas en las prisiones por donde había pasado. «Hoy nada de príncipes...toca república», pensó abandonando la celda con una idea fija metida entre ceja y ceja. De esas que, según su criterio, precisan de la linea recta, la que es más corta entre dos puntos: con claridad, por derecho.
“El Poeta” traspasó la cancela de acceso al Palomar. El funcionario de prisiones ni le preguntó, sabe que el anciano interno pasa de ciertos temas, mientras otros “muy machos” frecuentan furtivamente a “esa gente”. Lo LGTB discurre entre el tabú y la condescendencia en ese lugar y tiempo. Pese a la derogación de la Ley de Peligrosidad Social, algunos derechos tardarán en ser reconocidos.
En la Prisión Modelo de Valencia, a falta de voluntad y medios, los presos siguen dividiéndose en: malos, peores, colaboradores...y el Palomar. La ubicación de este último, depende de la suerte en sucesivos traslados impuestos por el hacinamiento y continuas obras de acondicionamiento a una realidad legal, que va imponiéndose contra viento y marea.
El Palomar es como un barrio, mantiene cierta alegría y bullicio pese a las circunstancias, un ajetreo dedicado a labores de costura, lavandería, peluquería y otros modos de “buscarse la vida”.
—Traigo esta chaqueta para un arreglo.
—¡Pero si es usted sastre!
—Precisamente por eso, y del sindicato desde 1930. No quiero hacer competencia desleal, sin antes consultar sobre la creación de una cooperativa…
En ese momento acertó a pasar por allí “el Ratón”, chivato de orejas tan grandes como larga su lengua, que inmediatamente se escurrió hacia la Jefatura de Servicios.
Esa noche fue desmantelado el Palomar. Su normal algarabía se vio sustituida por el pánico provocado por un brutal cacheo, realizado con la animosa disposición de unos funcionarios divertidos por tan bochornoso acto. Ropas, bisuterías, lacas de uñas, pintalabios y demás “mariconadas” rodaban por los suelos . Así se abortó la creación de la Cooperativa de Sastres y Modistillas Presas.
“El Poeta” fue conducido al Departamento de Corrección, por pronunciar la palabra “cooperativa” en un lugar donde la democracia seguía su calendario particular. Una palabra tan peligrosa como “bomba” en un avión de American Airlines. En el pasillo se cruzó con la siempre reivindicativa “Lirio”. que a pesar de todo (llevaba el labio partido) le ofreció una sonrisa condescendiente pero cariñosa. Le recordó que, a su edad, todavía tenía mucho por aprender.
NOTA DEL AUTOR: El Palomar es el espacio reservado para los homosexuales según el argot penitenciario.
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Hola Labajos, un relato muy bien escrito. El tema me ha gustado, nos plantea un problema, que a día de hoy, todavía es bastante peliagudo.
Con la lectura se percibe la soledad, el desamparo y la marginación de este grupo, tanto dentro del sistema penitenciario como fuera.
Por desgracia nos quedan muchos temas por superar como los seres humanos que nos creemos, demasiados.
Como muchos de los compañeros he ampliado mi vocabulario con una nueva palabra, " palomar"
Saludos, nos leemos.
Buenas noches Labajos: Me ha gustado mucho tu relato.
He aprendido lo del Palomar que no sabía que se llamaba así.
Un compañero ha comentado que parecía una descripción periodística y es cierto, según lo leía he pensado en un documental de Informe Semanal.
Has tratado el tema de manera respetuosa y comprensiva porque detrás de esta situación que están viviendo tus personajes hay mucho dolor y soledad.
Muchas gracias y hasta pronto. Un abrazo, Menta
Hola Jorge y demás compañeros de El Tintro de Oro, me uno a las invitaciones que te hacen para participar en este espacio. No te apures con lo de crear un blog, porque existen muchos tutoriales aquí en Internet, incluso con vídeos y muy fáciles de entender. Seguro que vas a estar muy entretenido ...je, je, je, porque David Rubio es un crack inventando retos y motivándonos a participar hasta en los concursos bimensuales, que crean adicción y hasta algo de estrés, porque ni te imaginas la cantidad de blogueros y profesionales que se animan a compartir sus relatos.
Estoy segura de que cuando lo pruebes ya no te bajas del "tren".😄
Te envío otro abrazo y todo el apoyo…
Hola, Labajos.
No conozco el ambiente carcelario, pero por lo que se oye, se dice, se cuenta, no debe ser precisamente un resort y la vida de algunos sectores señalados por su condición sexual debe ser especialmente dura. De eso hablas con dominio del medio. Una historia triste pero una hechura envidiable con un narrador que cuenta los hechos de tal manera que los aceptamos con naturalidad de la vida carcelaria. Me ha gustado esa división de los presos tan dramática, la ilusión por crear la cooperativa, en definitiva todo el relato.
Cambiando de tema, el otro día vi tu foto de perfil en El Tintero y me llevé una grata sorpresa. Ahora veo que Isabel (Tirma Tiatula) te hace…
Hola Labajos
He estado mirando unos cuantos libros de zoología y efectivamente no he encontrado ningún avestruz con cuatro patas. Lo siento, he metido mi pata y la de ella.
Veía mas la velocidad que el cuerpo sin tener en cuenta las extremidades.
Saludos y gracias