Mi desafío: las discreciones, puntos ,comas y acentos
Al pie de las montañas heladas ,donde llegaba en cantidad el agua fresca de la montaña ,montaron los hombres el campamento, aquella obsesión de llegar cuanto antes a las tierras de su padre .Los haría cruzar el paso ,aun con nieve en las cimas , tan peligroso ,lo mismo que bonito, ya era difícil pasar al final de la primavera cuando las flores campestres llenaban todo el camino de las extrañas formas de estas ,cuya la más bella y alta en la montaña llamaban los lugareños la flor del calendario ,pues solo florecía al final de la primavera ,indicando el paso de todas las expediciones hacia el reino de la alegría .Cualquier despiste incluso en esa época podría llevar al precipicio del paso ,donde contaban leyendas extrañas que había un saliente, donde todos los que no querían seguir en la vida se dejaban tirar por él y no les daba tiempo a llegar a tierra sus cuerpos. Pues se convertían en bellos pájaros de colores que volaban hasta la cima e invernaban en invierno.
Dama Raimará, (águila que vuela libre) en el idioma traducido de los hombres de las montañas .Se bajó de su montura sin dificultades, era una experta amazona como la mayoría de las mujeres de su mundo.
Entro rápida en su tienda y abrió el último de los mensajes de su padre.
Querida hija Raimará, espero que ya hallas emprendido tu viaje hacia nuestras tierras, aquí las cosas se ponen feas, los rumores de rebelión .date prisa tu padre que te quiere y echa de menos.
Termino partiendo la carta y echándola al fuego encendido en la tienda, mirando a las llamas distinguió una batalla a muerte, en ella estaba ella, luchando contra un hombre de su edad .le parecía, fuerte y guapo, en una de sus acometidas le beso en la boca, lo que a pesar de que le gusto la enfado a un más pues no le gustaba perder y menos contra un engreído como aquel aspirante a príncipe.
La extraña visión de las llamas, la puso en aviso, apartó la tela de la tienda y aviso a los hombres, mañana empezarían a subir temprano, cambiarían sus bonitos caballos por mulas y llevarían suficientes ropas de abrigo
—Andrea ¿Qué sabes del hombre que pretende el templo del rey? Aun estando vivo.
—Lo conozco de toda la vida, jugamos junto en palacio y era tratado especial mente diferente a los de más, hijos de nobles.
—Bien mañana seguiremos la conversación pon doble guardia no quiero que nos roben ni una sola mula, las necesitaremos.
—Enseguida princesa daré las órdenes y descansare.
—Ten cuidado de nombrarme como princesa, nadie debe saber que sigo viva ni si quiera mi hermanita.
—No volverá a pasar descuide, solo ha sido una torpeza.
A la mañana siguiente amaneció un radiante sol, anunciando que habría deshielo segura mente, las otras caravanas no se atrevieron a seguir camino la princesa ya hacia una hora que se fue y había dejado los caballos, para vender si no volvía en tres meses aquellos magníficos ejemplares serian para el comerciante que vendía los mulos a los viajeros, mientras tanto debería cuidarlos bien.
—Señora las aguas bajan bravas dela cima será peligroso si están así en la cima del paso —Dijo el capataz de los arrieros,
—No preocuparos no pasara nada, observar aquellas rocas, son flores del calendario el agua pronto bajara con menos fuerza, mañana pasaremos el paso y somos los primeros.
—de acuerdo señora, continuaremos la marcha. —La princesa dirigió su montura hacia un botón.
—será mejor que no toque ese botón, puede provocar una avalancha el sonido de las campanas es fuerte. La princesa se quedó mirando evitar que la siguiera nadie y toco el botón, de las laderas con más nieve empezaron a caer pequeños aludes
A la altura de subida ya empezaban a verse a los hombres en tamaño hormigas y el paisaje era fantástico, comenzaron a verse las primeras cascadas grandes y pronto llegaron a las pozas termales, donde la princesa mando descansar un momento a los hombres.
—Bien seguir avanzando por la montaña alejaros de los acantilados son peligros, yo os seguiré enseguida que visite a la diosa flor a dar las gracias por guiarnos en el paso.
En cuanto se alejaron se desvistió y metió su cuerpo en una de las pozas, mientras era observado por el hombre de la lucha del sueño, que sin pensarlo se desnudó y se metió en la misma poza. De agua caliente.