¡Ese barbián me gusta! Definitivamente hay algo en él que me trae loca, su sonrisa me enamora, sus ojos me hipnotizan.
─Ya, párale, párale! Si tanto te gusta, demuéstraselo. Si se hace el orate es que no le interesas. Ahora, si es listo y tu amor es correspondido, él sabrá aprovechar la oportunidad y dará el primer paso.
¿Cómo se lo demuestro?
─Ay querida, eso depende del estilo de cada mujer. Ya sabrás cómo hacerlo. Y mira, hablando del rey de Roma y él que se asoma.
─Dios mÃo, las mariposas en el estómago y las manos frÃas, indicadores infalibles. ¡Al ataque, pues!
Y asà empezó todo, ¿recuerdas? Estábamos hablando de hombres, nuestro tema favorito en ese tiempo y tú me diste el valor para hacer a un lado mi timidez y con la mejor de mis sonrisas darle la bienvenida a mi vida.
─SÃ, surtió efecto, mÃrate, felizmente casada y madre de dos niñas y un bebé precioso que acaba de llegar a este mundo.
─Caras vemos y corazones no sabemos. Han pasado muchas cosas desde entonces. Ya no estoy felizmente casada, como dices.
Los ojos se le llenaron de lágrimas y empezó a relatarme como esta enfermedad que azota al mundo le habÃa quitado a su marido.
Fue tan rápido, me dijo, ni siquiera pude acompañarlo. Lo llevaron al hospital y ahà murió en soledad, sin un beso de despedida.
Ella era la imagen de miles de personas que en este año, 2020, perdieron padres, hermanos, hijos, o esposos. Era el dolor de todo ser humano alrededor del mundo.
Buscó valor dentro de sÃ. Se levantó y se fue.
Yo, me quedé viéndola alejarse. Nada podÃa hacer para aliviar su pena. El vagido de su bebé me hizo pensar que nunca conocerÃa a su padre. La pandemia habÃa herido a todos por igual.
*