“¡Sabed que mañana será mejor! ¡Unidos venceremos! bla…bla…bla…” escuchaba en las noticias, recostada en la mecedora medio adormecida, mientras desviaba la vista hacia el balcón de vez en cuando. Fuera tampoco existía nada que mereciera la pena, el globo terráqueo era un cascarón vacío y seco, sin colores ni sonidos donde el viento fresco hervía.
Aburrida de tanta memés, apagué la televisión y me acoplé los auriculares intentando evadirme del duro y largo confinamiento.
Escuchando la canción “Touching moments” de Wayne Jones, en el podcast de audio, las notas fluían dulcificadas en el momento, ahuecando, motivando y aliviando el corazón haciendo resurgir la chispa del amor que espanta toda energía negativa.
Sin embargo, al terminar la melodía, el sueño se desvanecía y la puta realidad martilleaba sin descanso el cerebro en la primera, segunda o quinta fase de locura. No sabía bien en que etapa esquizofrénica se podría encontrar. Todo volvía a ser insoportable.
Veinte años después de la pandemia nos hemos transformado en seres irreconocibles. Inhumanos. Carroñeros. Vampiros. Caníbales. Bestias sin bozal.
Para rememorar la época en la que algunos éramos buenos tengo que reescuchar cualquiera de los podcast de cafeliterautas. Todos llevan mi imaginación al limbo en volandas, haciéndola flotar evadida de rutinas y problemas. Disfruto de mi momento curativo: relajación y meditación musical.
Los de ideales puros en este tiempo apocalíptico se pueden contar con los diez primeros dígitos, al menos a mi me sobran dedos. No estoy convencida, ni segura de ser una de esas falanges. Con ser el meñique cubierto de vitíligo y torcido por el reuma me conformaría. Tan nimio pensamiento me reconforta. Siento una lucecita minúscula de tibia paz amortajada en un frío ataúd en las catacumbas, deseando destapar la tumba y gritar:
“¡He vuelto del inframundo
para salvar la Humanidad!
¡Os necesito!
¡Acudid a mi llamada!
Soy Aguadora de la existencia,
porteo el cántaro y
ofresco el chorreón de agua”
En la madrugada…
me ha sobresaltado una sensación:
estaba conectada a las seis encinas milenarias.
Las únicas que sobreviven en la atmósfera terrestre sin mascarilla:
Doña Fe, Pasión, Estrategia, Motivación, Dedicación, Sabiduría
y el olivo Don Tiempo.
Las personas no podemos disfrutar del aire
sin el engorroso tapabocas en casa.
La densa contaminación daña nuestro cuerpo en la calle.
Necesitamos de una escafandra totalmente hermética,
un auténtico e incómodo artefacto.
Por fin he descubierto
mi cometido en la vida.
Con la mente hambrienta
me desprendo del atrofiante miedo
para colgar sobre los hombros
la mochila llena de voluntades
junto al jarro de lata,
desconchado del uso,
como únicos enseres de viaje.
Salgo al exterior y tomo la ruta rumbo
a las fortalezas.
Necesitarán de la lluvia sanadora,
portadora de vitaminas esenciales
para completar la sinapsis neuronal
entre las seis más uno.
Se realizará a través del entresijo de ramas,
sin llegar a tocarse,
zurciendo la mortal herida
con cada única puntada
del cuenco de hilo de luz
que derramaré sobre las sedientas raíces.
La búsqueda será inaudita, agotadora…
pero seguiré el sendero sin rendirme.
Respetando el vital oxígeno
haré viral la respiración de la naturaleza,
nuestra poderosa e inmensa madre.
Ungiré una por una a las ilustres ancianas
y su compañero,
con líquido bautismal reunificando
entrañas, tronco, tallos, hojas,
flores, frutos y semillas;
capaces de devolvernos
la sencillez y belleza que antaño poseíamos.
La felicidad dibujará en el rostro
el reflejo del pincel de nuestra latente esencia.
Plantaré otra semilla que crecerá fuerte
capaz de salvarnos del caos
sentándose a la mesa octogonal,
necesaria para el equilibrio del ecosistema.
Auténtico microcosmos vivaz.
“Aquí te siembro Constitución,
Séptima concubina
para la futura unión.
Juntos, cread armonía
entre razas y grupos sociales.
Todos somos precisas piezas
del engranaje de este reloj.
Cada uno tenemos nuestra misión
por insignificante que parezca.
Retomemos la hermosa familia que fuimos,
no somos,
pero seremos.
Reunifiquemos…
a las generaciones que nos parieron
con las ya nacidas,
sumando las venideras.
Excelente y exclusiva forma de recuperar
lazos conciliadores
de sangre, de leche, de clorofila…”
Esta es mi tarea,
asignada desde el nacimiento.
La cumpliré antes de la inevitable muerte,
Para florecer como Guardiana
de los siete espíritus libres,
siempre unidos y protectores.
Viviré eternamente
para hacer cumplir el mantra.
Hola Hercho, este mes me tocó obligatorio tu relato y ha sido un placer encontrarte, nos debemos futuras lecturas.
Me alegra que te haya gustado, me encanta combinar prosa, poesía asimétrica, versos metafóricos, pasar de pasado a presente en el mismo cuento...
¡La imaginación surrealista al poder!
¡Un cálido abrazo de luz!, Vibe.
Hola Isan, tomo buena nota del "qué" con tilde( fallo de repaso) y ofrezco con" z".
En " Aburrida de tanta memés..." me refería a tantas tonterías y estupideces que se cometen o cometemos, pero no se si se escribe así, lo comprobaré.
El futuro que pinto no es solo a cuenta del vicho que vivimos, si no de la esencial necesidad de conectar con Madre Naturaleza. Si ella muere, todos y todo morimos( humanos, animales, árboles, planeta)... formamos una red neuronal que se está rompiendo. Tenemos que reconectar la sinapsis de la que hablo en el relato- arenga.
¡ Un cálido abrazo de luz!, Vibe.
Hola Esther, en esa frase que mencionas quiero hacer ver la conexión con Madre Naturaleza; humanos, animales, plantas y tierra... todos somos un enorme ecosistema neuronal que si se rompe dejará de existir; por eso lo de ser Guardiana de las encinas- fortalezas, salvadoras del planeta no solo roto por el covid-19.
¡Un cálido abrazo de luz!, Vibe.
Hola Menta,a mi también me encanta la poesía asimétrica combinada con prosa, descripciones, el campo metafórico, la combinación de narración en pasado al comienzo y presente al final.
No se, son toques mios particulares...unidos a una imaginación fantasiosa e inagotable.
¡Un dulce abrazo de luz!, Vibe.
Hola, Vibe. Gracias por pasarte por mi relato y con gusto he venido a leer el tuyo. Decirte que me ha gustado mucho la forma en que has creado tu historia. La cantidad de adjetivos usados, lo veo bien. Y el cambio de prosa a verso es interesante. El narrador, expone pensamientos y sentimientos que he logrado identificarlos. Creo que has creado un buen relato, espero leer más de ti en futuras ocasiones, ¡saludos!