Mi desafío: Escribir un ensayo que se lea como Novela
Veo la montaña negra, al lado otra verde, otra con el pico nevado están las tres juntas pero desde mi ventana parece que están alejadas como planetas del sistema Solar.
Observo y veo el paisaje creo que las nubes que sobrevuelan los picos son irreales pero están, nubes negras y otras grises alguna también azul.
El Sol quiere salir pero a los rayos les cuesta más bien es algo fantasmagórico pero no debo dejarme llevar por los malos augurios que anuncian su claridad.
Esto que estoy viendo no es nada bonito si acaso un despiste de mi mente seguramente retorcida por los embates que da la vida, sin recuerdos nadie puede vivir.
Yo tengo ojos pero no ven lo que yo quiero ver, sin querer me llevan a sitios de los que me parece que he estado pero no recuerdo en que época es posible que mi calendario de sueños me este jugando una mala pasada.
El tren pasa, el tren de la vida claro a ese me refiero pero aunque subas para llegar a cualquier lugar elegido o no el recorrido te hace ver por las ventanas otros paisajes distintos cada vez, casi nunca iguales aunque sea tierra llana.
Avanza el tren por la llanura llego a un destino no sé si elegido creo que no porque a mí me gustan los lugares cálidos y me he bajado en un sitio que hace mucho frio, dicen que cuando la muerte está cerca de ti el ambiente se vuelve frio si yo no he elegido este sitio y hace frio ¿dónde estoy?
Paseo por el lugar no me es desconocido pero no sabría donde localizarlo tengo los recuerdo borrados y repito lo que digo más arriba no se puede vivir sin recuerdos o por lo menos la vida no tiene sentido.
Con la maleta cargada de sueños llego a la “Posada”, fíjate me pregunto a mí mismo en este sitio hay una Posada no un Hotel ni Fonda espero que me reciban sin preguntarme por mi vida ya que no sabría qué contestar no tengo recuerdos.
Me recibe un anciano con barba, le supongo anciano por la barba blanca aunque lo mismo es teñida la gente hoy día hace cosas extrañas, extrañas para quien.
Menos mal, no me pregunta nada solo mi nombre y me arriesgo a darle uno supuesto, no el verdadero que seguro le da igual, me señala el ascensor, no quiero pensar que sea el de la vida, no sería extraño que el ascensor de la vida tuviera un letrero que dice “No toques este botón”.
Se me hace raro una Posada con ascensor.
La llave de la habitacion es un mazacote de llave, nada que ver con las llaves de pequeño tamaño que abren las puertas de otros hoteles, seguramente que lo que quiere el Barbas Blancas es que no te la lleves cuando te marches.
Acaso me voy a marchar de aquí no creo he venido para quedarme de momento sin tener fecha de salida por eso lo de la llave me choca.
La habitacion con paredes pintadas en color verde ¿verde esperanza? poca tengo así que me da igual el color de las paredes más bien yo creo que se confundieron al pintarla o en la recepción el Barbas se ha confundido conmigo.
La cama tiene un colchón más bien duro, seguro que es la casualidad que me ha castigado lo que me espera es un castigo espero que no sea divino, no creo en ese tipo de castigo y si el que te da la vida o me ha dado la vida, tampoco he sido tan malo.
Venir a este lugar no elegido por mi si no que el tren paro y yo me baje sin saber bien donde había llegado espero que mi estancia aquí sea para bien y si quiero marchar.