—Caminando en línea recta, no puede uno llegar muy lejos...
El líder siempre comienza sus discursos con la misma frase. La gente se aglutina en torno a su púlpito, justo en la cima de la empinada escalinata que lleva de su mansión a la plaza mayor. Por ley es obligatorio. La estratificación social también se percibe en la masa oyente. En la periferia de la misma se unifican los peones, es el rango social más bajo y numeroso, el resto va posicionándose de menor a mayor en relación a la proximidad de la escalinata. La última hilera corresponde a los altos generales. Por encima de ellos solo está el Líder.
—...Los contrarios a la Orden han intentado derruirnos...
El gentío parece asentir, victorioso, solo Jonan, uno de los altos generales, no lo siente así. Sobre todo desde que, tras su última misión, dejó de administrarse la droga; ese compuesto que fue impuesto para mitigar los ánimos sociales y transformar al sujeto en algo más cercano a un autómata que a una persona. Se llamó «la vacuna».
—...Las guerras, los conflictos fronterizos, las crisis económico-comerciales... todo ha sido aniquilado gracias a la Vacuna y la Orden...
Jonan mira de reojo a sus iguales. Solo los altos oficiales están exentos del control de toma; las dosis se las administran ellos mismos. Pero el resto del pueblo está sujeto a unas normas de control tan exhaustivas que tratar de evitarlas es imposible.
—...Sin embargo, traigo buenas noticias: la rebelión ¡ha sido neutralizada!
Ante ese comentario toda la gradería estalla en vítores, todos menos los altos cargos, sobre todo Jonan que todavía tiene en mente esa maniobra macabra. No ha podido aún olvidarla.
Ya casi no quedaba nada de la supuesta rebelión, solo pequeñas escaramuzas que podrían haber pasado sin pena ni gloria. El batallón de Jonan los interceptó por sorpresa mientras husmeaban en los vertederos periféricos. Solo eran un grupo de niños y mujeres. Gente indefensa buscando alimento que fueron masacrados sin piedad.
Cuando volvió fue decorado como el artífice del fin de la resistencia. Pero la barbarie vivida dejó unas secuelas tales que empezó a repudiar todo lo concerniente a la Orden, inclusive, la Vacuna.
—No obstante, hay una mala noticia —dice entonces el Líder acallando los vítores—, aún no estamos a salvo; entre hay nosotros individuos que han comenzado a rechazar la vacuna...
Un mar de murmullos se apodera de la plaza. Incluso los altos ejecutivos pierden la compostura y comienzan a susurrar entre ellos. Jonan no puede creérselo. Desde que dejó de administrársela ha sido cuidadoso y ha obrado siempre con el automatismo que muestra la gente... ¿es posible que el Líder tenga otros mecanismos de espionaje que trasciendan más allá de los altos ejecutivos?
—¡Silencio! —brama el Líder—. Tenemos que dar caza a los nuevos rebeldes.
Jonan siente la tensión que ese comentario ha provocado en los oyentes. O puede que sea la suya propia reflejada en la gradería. Mira de reojo a los lados. Es posible que de un momento a otro aparezcan dos cazadores y salten a por él. Sigilosamente, desabrocha el seguro que mantiene su arma. Lo cogerán, pero se llevará a alguien a la tumba.
—¡Atrapadle! —grita de pronto el Líder.
Jonan da un respingo, y se da la vuelta con el arma en la mano. Pero nadie ha ido a por él. De hecho, ni siquiera sus compañeros se han dado cuenta de que ha sacado el arma. Entonces, oye un grito proveniente del fondo de la plaza. Es un peón; una muchacha. Tres cazadores la han apresado.
Una vez se la llevan, el Líder vuelve con una renovada perorata, ahora contra la nueva revolución.
Jonan respira. Había creído que irían a por él, pero solo ha sido una coincidencia. Algo que no entiende. A parte del minucioso y macabro control a que son sometidos, en ese estrato social es imposible sobrevivir sin las tomas obligadas. Entonces lo entiende: la rebelión es necesaria como otro mecanismo de opresión para mantener al pueblo unido contra algo, aunque sea inventado.
El discurso se prolonga, pero Jonan tiene la mente en otro lado. No va a permitir que ahora masacren a los pobres e inocentes peones. Es más, piensa sacar provecho de eso. Como alto cargo, puede hacer llamar a quien quiera como maniobra interrogatoria. En la intimidad de su interrogatorio organizará una nueva rebelión. Será difícil y seguramente acabe muriendo, pero, como dice el Líder, caminando en línea recta, no puede uno llegar muy lejos...
*
Buenas tardes Pepe: siento contestarte tan tarde, pero he estado muy liada estos días anteriores y no le he podido dedicar nada de tiempo al blog.
Me ha encantado tu relato, me parecía estar leyendo algún wasap o correo de la actualidad que estamos viviendo.
Las distopías nunca me han gustado, pero últimamente hasta me parecen incluso didácticas. Yo siempre he sido muy bien pensada y sin ninguna imaginación para pensar que me querían engañar, pero ahora …
Te felicito me ha gustado mucho tu relato. Un abrazo Menta
Hola Pepe
Tu historia es simpática, y esa relación con lo que sucede actualmente con la vacuna, la credibilidad de algunos y la incredulidad de otros, hace tu escrito actual. Tiene una prosa bien desarrollada, con un narrador omnisciente en tercera persona, que va desgranando la historia. Considero que comenzar el cuento con la frase de tarea y terminar con ella, para tan poco espacio es un desperdicio, debieras buscar otra forma de comenzar o terminar el cuento.
Algunas observaciones puntuales:
compuesto que fue impuesto ESTO SUENA CACOFÓNICO
Cuando volvió fue decorado como el artífice del fin de la resistencia CONDECORADO
entre hay nosotros individuos que han comenzado HAY ENTRE NOSOTROS
Jonan respira. Había creído que irían a por él,…
Pepe:
Muy imaginativamente, has encontrado un buen motivo de aplicación de la consabida sentencia sin que se refiera a ningún recorrido físico, casi sin que sea una relación directa entre un camino y una acción.
De paso, construyes una valiosa crítica a los métodos de dominación de los poderosos, que no solamente se encuentran en los regímenes totalitarios; en nuestras imperfectas democracias también se acude a embelecos con los que se convence a la gente para someterla y se acude a llamados patrióticos y de solidaridad para justificar la persecución de los inconformes.
Observaciones…
A parte del minucioso y macabro control a que son sometidos: No se puede separar aparte, cuando significa separadamente.
Me vi tentado a criticarte por el…
Hola Pepe,
Lo primero muchas gracias por leer y comentar mi relato. El tuyo, me ha parecido muy de actualidad, me pilla sensibilizado y lo he leído con interés, ¡nunca se sabe!
He visto un par de cosillas, simples despistes:
"Cuando volvió fue decorado", entiendo que debe decir "condecorado"
"entre hay nosotros individuos" hay un baile de palabras.
Nada más por este mes. Nos leemos.
Un saludo.
Verso suelto (13)
¡Grande, Pepe! Tu magnífica distopía me ha recordado al mundo feliz de Aldous Huxley, especialmente en la manipulación de las masas y el control de las emociones por medio de drogas (soma)
La puesta en escena, perfecta, comenzando por la “empinada escalera”, que aunque las escaleras son de por sí, empinadas, el adjetivo refuerza la pendiente, la altura, la distancia abismal entre el mandamás y la masa. En una de sus acepciones, la RAE define empinado como estirado, engreído.
La disposición piramidal funciona como herramienta y estrategia de poder.
Si un líder de cualquier partido nos viniera con la frase iniciática del Principito, como eslogan, no nos fiaríamos de él ni una pizca, pues no se presume de actuar de…