top of page
nuevo logo trailorbrand.JPG
  • Facebook
  • Instagram
  • Isan

LA TRAVESÍA - ISAN - (R)



GHANA. Salimos de madrugada. El mar estaba en calma, nuestras ilusiones rebosantes. Por fin había llegado al mar. No me lo imaginaba tan imponente y sobrecogedor. Me recordó el desierto que habíamos dejado atrás buscando una nueva vida. Cargamos los enseres. Hablamos poco. A algunos ya conocía del camino. Conté treinta hombres, siete mujeres y cuatro niños.

Cuando perdimos de vista la costa, el mar comenzó a rizarse. Nos apiñamos unos contra otros. El sonido del viento y los golpes de las olas contra la patera no acallaban el llanto de los niños ni los gritos de los demás.

Yusuf, un niño de cinco años hasta entonces un derroche de actividad, comenzó a vomitar con el meneo. La tercera noche fue la peor. Llovía y el viento nos llevaba a su antojo. El agua lo había empapado todo. Nos acurrucamos entre orines y vómitos. Las madres, desesperadas, apretaban a sus hijos contra el pecho y gritaban. Yo callaba y achicaba lo que podía.


HONDURAS. Nuestros vecinos habían hecho este viaje antes. Nos animaron a que fuéramos. Vendimos lo que pudimos a precio de saldo y regalamos el resto. Lucia estaba más ilusionada que yo. Nuestra hija Alejandra, apenada por dejar a sus amigos. Salimos más de cincuenta y, poco a poco, nos fuimos juntando cientos. Por el camino encontramos rechazo y solidaridad a partes iguales. Fue muy duro. Hambre, frio, calor, desaliento. Conforme nos acercábamos a la frontera, las noticias eran peores. Llegamos al final del trayecto en el límite de nuestras fuerzas, después de más de dos mil kilómetros en camión, en tren y andando. Sobre todo andando entre polvo o barro. Nos encontramos con una barrera metálica de seis metros que nos impidió seguir y la policía rondando al otro lado. Nos estaban esperando. Después del desconcierto reinante entre la gente, la euforia se trocó en desesperanza y rabia. Nos obligaban a volver. Esperar la oportunidad propicia para saltar sería nuestra única esperanza.


ROJINYAS. Teníamos poco, lo justo para subsistir, pero desde tiempos inmemoriales vivíamos felices. Un día el gobierno nos dijo que nos teníamos que mover de ahí, que ese lugar no nos pertenecía. Poco a poco nos fueron desplazando. Primero con escusas, luego con amenazas. Terminaron masacrándonos cuando nos negamos a movernos.


SIRIA. Adif me decía que aprovecháramos la última oportunidad y nos fuéramos. Que no merecía la pena continuar pues cada día la vida se hacía más insoportable. Las bombas iban destruyendo todo lo que aún quedaba en pie. Hasta que fue demasiado tarde para tomar la decisión. Adif y los dos pequeños se quedaron allí. Lo perdí todo. La casa y el negocio que nos daba sustento. No tuve valor para permanecer quieto.


GHANA. Me aferraba al móvil para que no se mojara, mi única posibilidad de pedir socorro. Nos mirábamos en silencio, empapados y ateridos. El quinto día, el mar se cobró nuestra osadía llevándose a una madre y su niño. Nadie hizo nada por evitarlo. Después de siete días nos quedamos sin gasolina y sin agua. Estábamos agotados. Vimos barcos a lo lejos que pasaron altaneros como un elefante en su camino. Lancé un mensaje de socorro.

Llevamos diez días a la deriva. El mar es despiadado castigando nuestro sueño temerario. Esta madrugada nos hemos desecho del cuerpo de Ibrahim, mi amigo del alma. Ahora desearía volver. He aprendido demasiado tarde que mi única esperanza para ser la persona que deseaba era quedarme y luchar.


HONDURAS. No sé qué pasó. Llegó el rumor de que se había abierto un paso. La gente salió de estampida hacia él. Cogí en brazos a Alejandra. Lucia cayó arrollada por la muchedumbre. Me dijo que siguiera, ya nos encontraríamos al otro lado. Algunos pudimos pasar. Al poco tiempo la policía nos detuvo. Me han separado de Alejandra. Maldigo la tierra de oportunidades convertida en tierra hostil.


ROJINYAS. Llevamos caminando quince días por las vías del tren esperando que pase lento y podamos agarrarlo. Los niños no dicen nada pero Hayma está derrotada. Dice que nos demos la vuelta como han hecho algunos o que nos quedemos en la próxima aldea.

Hoy hemos llegado al destino. Lo sabemos porque ya no nos dejan seguir y no nos dejan volver. Tierra de nadie. Dicen que es provisional pero sabemos que nos va a ir matando lentamente de abandono y desesperación.


SIRIA. Estoy agarrado a un kalashnikov. Voy alternando mis disparos a izquierda y derecha hasta que se acabe la munición. La última bala me la reservo para mí.

***




43 visualizaciones7 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

El mensaje de las 10 y 10 - Amadeo- (R)

VOLVER A RECOPILACIÓN MAYO, 2023 Al atardecer, mientras corre en el parque un solo kilómetro, por su edad de setenta y uno años, el sobrepeso y antecedentes de salud según la recomendación del médico,

EL DEMONIO BAJO LAS AGUAS - PROYMAN1- (R)

VOLVER A RECOPILACIÓN MAYO, 2023 Últimamente el agua de la zona estaba contaminada y no conocíamos el motivo, las enfermedades asolaban a los habitantes del valle y los servicios sanitarios estaban de

La Revelación - Wanda- (R)

Sitio web: http://unrincondelalmablog.wordpress.com/ VOLVER A RECOPILACIÓN MAYO, 2023 Miré impaciente al reloj de la estación del tren que marcaba las 9:30. Contaba con el tiempo para llegar a la sala

bottom of page