Lorenza se bajó del autobús y se dirigió a la entrada del centro comercial y por la terraza del bar entro al supermercado, querÃa hacer las compras de la semana y después habÃa quedado con su pareja.
Casimira a cierta distancia también llevaba el mismo camino, empujaba un carro igual que el de Lorenza.
Lorenza, chica joven de 25 años de rostro angulado y poco agraciado, morena, ojos negros y cabello lacio descuidado en su peinado, tenÃa una leve cojera resultado de un hueso del pie roto.
Casimira, chica joven, de 25 años de edad, morena, ojos negros cabello lacio y descuidado en su peinado, su apenas visible lesión en la mano, le impedÃa mover el dedo pulgar y por lo tanto cada vez que tomaba algo de la estanterÃa el paquete se giraba levemente a la izquierda hasta cogerlo.
Lorenza se paró frente a la estanterÃa de los cereales marca Paz junto a una chica que al llegar cojeaba ligeramente y también querÃa una caja, una vez que tenÃan el articulo elegido en el carro cada una siguió su camino sin dirigirse la mirada o más bien ignorándose una a la otra.
El recorrido por el supermercado fue muy similar si una se paraba en la zona de los pescados la otra también lo hacÃa y asà fue sucediéndose la compra de una y de otra se cruzaban los carros y las miradas entre ellas también los artÃculos que depositaban en el carro eran los mismos.
Lorenza se paró a hablar con una chica de su edad la conversación giro en torno a los precios que cada cosa tenia, enfrente Casimira también se paró con un hombre, casi los carros de cada una se rozaban, pero no se inmutaban desplazaban cada una su carro y seguÃan hablando con los conocidos encontrados.
En un momento dado los conocidos que Lorenza y Casimira se habÃan encontrado y al separarse de ellas se saludaron se conocÃan del barrio, pero no hicieron mención a los encuentros que habÃan tenido, cómo si no se hubieran encontrado con nadie, aunque entre ellos se saludaron.
Con sus carros de la compra llenos Lorenza y Casimira fueron a caja a pagar y casualmente se encontraron en cajas paralelas y con los carros de la compra llenos con artÃculos casi iguales solo existÃa una diferencia en uno de ellos y es que las judÃas verdes que cada una habÃa comprado se diferenciaban en el peso, él de Lorenza era algo más grande que el de Casimira.
Las cajeras al verlas como estaban en paralelas se llevaron una sorpresa al comprobar lo iguales que eran las personas a las que estaban cobrando los artÃculos que habÃan comprado, eran idénticas, aunque ellas estaban a lo suyo y no hacÃan caso a como era la persona que tenÃan al lado pagando.
Las conocÃan de vista por haber pasado por caja otras veces, pero nunca se habÃa dado el caso de que las dos personas tan iguales coincidieran al mismo tiempo en caja.
Fuera de supermercado y cargadas de bolsas dos coches pararon frente a ellas que estaban muy juntas y sin mirarse una a otra, cargaron las bolsas en los coches que fueron a buscarlas y arrancaron, un coche paro y entro en el garaje del bloque de viviendas, el otro realizo la misma operación en bloque contiguo a varios metros de distancia uno de otro.
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