Roque, desempleado, tiene que pasar mucho tiempo recluido en casa, pues ya se gastó sus pocos ahorros y nadie de la familia le colabora con un solo billetito. Tiene el rostro cuadrado de mirar televisión y vive fatigado de hacer una lagartija tras otra en la habitación, como ejercicio físico sin costo. Últimamente optó por asomarse al balcón para escapar de la asfixiante vida familiar y ha descubierto interesantes panoramas, tanto paisajísticos como humanos.
Una noche, ya un poco tarde, vio salir llamas abundantes de la parte alta de un edificio situado al lado opuesto de un lote baldío frente al suyo y, muy asustado, se apuró a llamar al número de emergencias para reportar un incendio en dicho lugar. A los pocos minutos se sintió el barullo de las máquinas de bomberos y sobrevoló la zona el helicóptero de patrullaje policial. Roque estuvo un buen rato pendiente del desarrollo de esta película de suspenso, hasta que escuchó a dos vecinos que pasaban mofándose de cómo un asado en una azotea había producido tanto alboroto.
En otra oportunidad, vio en el edificio del frente, en un piso al mismo nivel del suyo, a una persona moviéndose entre los muebles en una búsqueda afanosa; para confirmar su sospecha de robo, observó con sus binoculares y pudo constatar que este hombre guardaba algunos objetos en su maletín y luego se apoderaba del computador portátil. Corrió a la portería del tal edificio para alertar sobre el ladrón al empleado y este, con sorna, le dijo que el ocupante del noveno había llegado afanado a recoger sus implementos de trabajo para un viaje que le resultó de improviso. Pensó Roque que lo mejor sería quedarse callado ante nuevos eventos.
Esa misma noche, mirando con los binóculos hacia otro de los condominios, se detuvo extasiado ante un ventanal abierto, donde se veía una pareja acomodada en el sofá, aligerándose de ropas; él dándole besos a flor de piel en cada porción que le descubría y ella acariciándole agitadamente. Unos minutos después, se incorporaron, desaparecieron y resurgieron retozando en la cama de una habitación con la ventana completamente abierta y la luz encendida. Se encontraba ya muy emocionado con el espectáculo, cuando se levantó la chica, se fue a la ventana envuelta en una sábana y lo miró llevándose las manos al rostro, haciendo dos círculos alrededor de los ojos, en clara acusación de “mirón”, con lo que tuvo que bajar los prismáticos y esconderse de prisa.
Una emoción opuesta tuvo en otro escape nocturno, al adivinar en las sombras que se reflejaban en una cortina a un hombre que se aproximaba, puñal en mano, a una mujer; esta intentaba inútilmente rechazarlo y el arma era clavada en su cuerpo, que un momento después se desplomaba. A continuación se apagó la luz y Roque corrió a buscar el teléfono para llamar a emergencias, mas se contuvo al empezar a marcar, pues el angelito de su conciencia le dijo que podría hacer el ridículo, por tratarse de algún ensayo de actuación, caso famoso en las películas, donde alguien creía ver un asesinato, lo denunciaba y luego resultaba que las dos personas estuvieron ensayando una escena o bien se encontraban en planos diferentes, realizando actividades distintas y todo ello, proyectado al plano del cortinaje, se veía como una agresión persona a persona.
Al día siguiente, recibió la visita de la Policía, que le indagaba sobre el asesinato de la edificación del frente; él lo negó y le replicaron que varios vecinos habían declarado que él estuvo observando el crimen con sus binóculos; le pidieron acompañarlos a la inspección para explicar por qué razón estaba encubriendo el hecho. Roque quedó paralizado ante la imposibilidad de escapar.
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Hola Carlos,
Buena historia con tintes de fábula. La lectura resulta amena, con un agradable tinte humorístico.
Me ha gustado. Saludos. Vibe(9)
Hola Carlos. Me ha gustado la idea de como sin salir de casa y teniendo un rol pasivo te puedes meter en semejante lío! No reconozco el ensayo de un asesinato como una típica secuencia o escena en otras películas o narraciones por lo que ese elemento de la trama me parece un poco forzado. Pero quizás es algo personal que tiene que ver solo con mis referencias o la falta de ellas.
Yo diría una película de suspense en vez de suspenso.
No me esperaba el final así que enhorabuena.
Hola Carlos, está buena la historia, bien narrada y con un toque de humor. El final se perfilaba, aunque dio un giro trágico.
Me gustó. Saludos. Esther. Nos vemos el próximo mes porque este no participé.
Hola, Carlos.
Buen relato donde nos planteas algo entre la ventana indiscreta y el pastor mentiroso. Un juego que le propones al lector con esos giros que se va encontrando el personaje en cada uno de sus capítulos. Da para un libro de relatos y que cada uno de estos vaya con cada chisme que se encuentre tras sus binoculares.
La narración me gustó, muy limpia, sí que a veces tiendes a la sobre explicación pero también puede pasar con el narrador usado, con cierto estilo propio ya que a veces se expresa con frases de tu zona. Así que yo lo dejaría como está.
Un abrazo y nos leemos!