Cogió una caja y sacó de ella una foto en la que aparecía con Sting. Debía ser hacia mitad de los ochenta cuando se había tomado. Sí, Alfredo le había entrevistado en varias ocasiones, y desde la primera vez, y eso que el inglés era un tipo difícil, habían congeniado. Pero Alfredo ya entonces tenía una trayectoria importante en el mundo de la música. Había viajado con regularidad por Estados Unidos e Inglaterra durante los setenta. La colección de fotos, grabaciones y artículos atestiguaban que se había visto con George Harrison, Eric Clapton, Jimmy Page – ah sus amados Zeppelin- , Mick Jagger, David Bowie y tantos otros monstruos sagrados. La lista era enorme. Y qué juergas, decía. Para mí que empezaba en esto - entrábamos en los noventa -, y veneraba a todos esos grandes, estar en su casa era como estar en el paraíso. Tenía una memoria de elefante, se acordaba de la fecha de multitud de conciertos, contaba anécdotas como nadie, y compartir programa de radio con él durante tantos años fue un privilegio. Recuerdo la irrupción de la MTV, que según Alfredo, empezó a cargarse un poco la magia de antaño. Si pudiera darse cuenta ahora de lo ocurre en las emisoras, de lo que se emite, ¿dónde están las bandas? Las hay, pero por qué se promociona continuamente este tipo de música, sí, el reggaeton. Digo si pudiera darse cuenta… Porque por suerte o por desgracia, Alfredo no puede. Un buen día, algo empezó a fallar en su cerebro. Se quedó enfrente de mí, sin poder continuar, como un actor en escena. Intentamos no preocuparnos, pero la cosa fue a más. Se nos fue marchando, el azheimer se lo comió. Yo imagino que si está en alguna parte, quizá todavía pueda escuchar esos riffs de guitarra de Jimmy Page que tanto le enloquecían, o los solos de David Gilmour que le transportaban a otra dimensión, o la bateria de Keith Moon que parecía una ametralladora. Si es así, le envidio en cierto modo. A veces me dice algo, no se si me vacila. Le tengo enfrente, le acerco la foto en la que sale con Sting: —Alfredo, mira, tú y Sting. — ¿Sting? —balbucea—.Eso es aguijón.
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Hola Ratopin.
Aquí estoy de nuevo solo para agradecerte la explicación que has dado sobre la creación de tu personaje. Me parece genial que hayas hecho un homenaje a esas dos personas que has nombrado, pues sin duda se lo merecen.
Y bueno, gracias a mi equivocación, ahora ambos conocemos un poco a Alfredo Lewin, ;-)
Un saludo.
Hola Ratopín, aquí vengo a disfrutar de tu relato.
Después de leído, me ha parecido totalmente comprensible. Salvo algún detalle con la puntuación o algún desliz tipográfico que ya has dejado aclarado. Te felicito por crear un relato así en tan poco tiempo.
Es comprensible que al mencionar personajes reales de cierto periodo, que puede estar considerado por algunos como uno de los más creativos del Rock, se limite un poco el arco de lectores que empaticen con la historia. No es mi caso, he disfrutado en mi adolescencia de ese descubrimiento musical y está anclado a entrañables recuerdos.
Me ha gustado tu relato.
Saludos, nos leemos.
Hola Ratopin. Te felicito por la repasada que le das al entorno de los magníficos representantes de la música y composiciones de otros tiempos.
Ver a un amigo, a un ser querido o a un miembro de la farándula afectado por el alzheimer, te cuestiona porque a él, no hay respuesta para ello. Solo queda pensar, que quizá , en esa soledad que lo agobia el pueda gozar en silencio lo vivido.
Tu relato es único, un comunicar suave como el vuelo del águila, cuando planea para aprovechar lo que el viento le regala. La lectura termina ya al final del vuelo.
Me gustó la manera sutil de introducir al texto la palabra aguijón.
Recibe de mi parte un fuerte…
Gracias Gina,
Pues no, no conocía a Alfredo Lewin. He estado leyendo sobre él, y viendo algún vídeo .Elegí el nombre de Alfredo al azar, no lo pensé. Creo que tengo algún relato más con un protagonista con ese nombre. Tendré que pensar que quiere decir esto.
Al escribir, si que pensaba en alguien, pero no es exactamente un locutor o periodista musical. Es Guy Mercader, que es un promotor de conciertos, que desde los años setenta ha estado trayendo a España grandes figuras. También Jordi Serra i Fabra, que desde hace años sólo escribe libros (sólo, como si eso fuera poco :)), pero hace años trabajaba como periodista musical en radio y medios escritos. Ellos me inspiraron un poco…
Gracias Amadeo por tu visita,
Sí, tienes razón, mis disculpas, demasiado nombre de músico famoso en una historia tan corta. Para el que no esté familiarizado con ellos, entiendo además que le pueda aturullar. Yo es que soy bastante fan de todos ellos :). Lla música de los 60 y 70 formó parte de mi educación, de mi crecimiento. Era habitual en mi casa, aunque yo era niño en los años 80.
Aún con todo, es ficción, el narrador y Alfredo son personajes inventados.
Saludos