Nuestro grupo se reunía todos los viernes, ultimamente solo faltaba Mauricio, el escritor, que estaba de viaje esperando inspirarse en temas para sus novelas. Lo extrañábamos, era engreído y mentiroso, pero apreciábamos su inteligencia. De vez en cuando, recibíamos alguna carta de nuestro lejano amigo, nos relataba sus aventuras y casi exigía que no dejáramos de escribirle con los comentarios de cada uno de nosotros, eso nos halagaba, éramos importantes para él. Mientras tanto nuestras reuniones fueron cambiando, algunos compañeros se casaron y no volvieron, otros agregaron a sus parejas, y varios seguimos solteros. Ya nos estábamos acostumbrando a la ausencia de Mauricio, hasta que de pronto nos llegó un mensaje, había vuelto al barrio y quería vernos. Nos juntamos en la esquina de los viejos tiempos, la casa quedaba cerca. Una asistente nos hizo pasar al gran comedor y se retiró. No sabíamos por qué pero nosotros siempre tan gritones y ruidosos, conversábamos en voz baja. Finalmente apareció nuestro amigo, lo vimos envejecido y triste, con ese gesto despectivo de siempre, pero ya no era aquel que nos gustaba tanto porque era diferente a todos nosotros. Nos acercamos y abrazamos a ese casi desconocido. Nos sentamos a la mesa y una empleada fue trayendo los platos servidos y varias botellas de vino. Habíamos esperado años y ahora nos resultaba difícil comenzar la conversación, había algo que no encajaba en aquella reunión. Fue así que Mario, haciendo uso de sus dotes actorales, se puso de pie con una copa en la mano para brindar, pero Mauricio dijo que antes necesitaba hacernos una confesión. Lo miramos con preocupación, casi nos sentíamos culpables sin saber por qué. “Queridos amigos, siento que los he traicionado, me deje llevar por mi orgullo y terquedad. Creí que engañándolos a ustedes engañaba al mundo y ahora los remordimientos me persiguen. En un principio confiaba en hacer una investigación exitosa y hasta divagué con escribir un nuevo libro, pero mis únicos escritos fueron ese montón de cartas que les fui enviando y de las que me avergüenzo. No quería confesar mi fracaso. No me fui de la ciudad, simplemente cambié de barrio, mis cartas llegaban a ustedes de lugares extraños, no les explicaré cómo, pero con dinero se consiguen muchas cosas. Debo confesarles que mis nervios están muy resentidos y esta reunión no me resulta fácil. Saben que los quiero y los he extrañado. Y ahora sí, Mario, puedes dirigir el brindis, se me permite beber sólo un sorbo de vino, pero les pido que ustedes sí disfruten de la cena y del excelente merlot que les ofrezco, yo me retiraré a descansar. Vuelvan pronto a esta casa, aquí los estaré esperando con ansiedad.” Mauricio se retiró y quedamos callados, casi no comimos, tomamos sólo una copa y nos fuimos. Hasta que un día decidimos que no podíamos ser tan indiferentes y dejar de lado a nuestro amigo, así que nos pusimos de acuerdo, compramos una buena cena en la mejor rotisería y cargados de paquetes y botellas tocamos el timbre de su casa. Nos atendió la misma asistente que aquella noche nos había servido la cena, nos dijo que hacía tiempo que nos esperaba, tenía una carta para nosotros. Trajo copas y nos sirvió jerez, dejamos los paquetes sobre un mueble y nos sentamos en los sillones como si fuéramos autómatas, Mario abrió el sobre y comenzó a leer en voz alta, Queridísimos amigos: Gracias, ustedes han sido muy importantes para mis investigaciónes, recibieron mis cartas y creyeron mis historias, mientras tanto yo seguía comprobando que la mentira gobierna nuestras vidas. Cuando nos volvimos a encontrar preparé la escena perfecta, la mujer que los recibió aquella noche fue una eficaz ayudante. Me causa risa recordarlos con sus fingidos rostros de conmiseración. Y ahora seguramente llegaron con pollos asados, masas y vino bueno, no derrochen ese gasto, coman y brinden por mí, lamento no estar presente, (es mentira, no lo lamento en absoluto), estoy recorriendo Europa junto a mi pareja, mis libros son exitosos y puedo darme todos los gustos. Ya no nos volveremos a ver, no vuelvan por aquí, a partir de hoy la casa permanecerá cerrada. ¡Cómo los engañé! Comprendan que fueron necesarios para completar mis archivos. Mi próxima novela tendrá por título Un País de Mentira, pronto estará en las librerías, no dejen de comprarla, se verán reflejados. Espero que comprendan que en realidad la mentira soy yo mismo, crean ustedes la parte que quieran de esta carta. Adiós, ya no nos volveremos a ver, Mauricio
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Hola Estrella, si verdaderamente he demorado demasiado en entrar a café literautas y contestar los comentarios. Es que el cambio de vida ante el encierro ha trastocado todos mis horarios.
El relato resultaba demasiado extenso, necesite cortar algún párrafo y hacer otros cambios. Te comento que la historia trata de un grupo en el que solo falta Mauricio, el escritor. No muestro las profesiones de los demás, pero son personas sencillas y fieles que se dejan deslumbrar por ese amigo triunfador. Finalmente les llegará una gran decepción al comprender que Mauricio se ha aprovechado de ellos. Hasta ha fingido estar enfermo para estudiar sus reacciones.
Tal vez este personaje resulte un tanto exagerado. Me apoyo en el dicho "No existen…
Hola Alberto, revisaré y tendré en cuenta tu comentario sobre las comas.
El personaje de esta historia, Mauricio, resulta alguien complicado, "engreído y mentiroso, pero muy inteligente" según sus, si no inocentes al menos simples, amigos. Un psicólogo lo sometería a unos cuantos tests y sacaría conclusiones interesantes. Mi idea, con los fuertes contrastes que muestra la historia, era contar las actitudes de alguien que, tal vez, con sus actitudes y su éxito, compense sentimientos de inferioridad. Gracias por tomarte tiempo para leer y comentar. Un saludo.
Hola Osvaldo, Muchas gracias por tu lectura y tu tiempo. El primer párrafo de tu comentario ha sido una caricia para el alma. Gracias.
La historia aunque exagerada, tiene un mínimo de realidad. He oído decir que hay gente para todo, y podríamos encontrar que este personaje del relato cumple con el dicho.
Nuevamente gracias por tus palabras, nos seguimos leyendo y encontrando por aquí. Un saludo.
Hola Carla Daniela, en realidad, el relato resultaba demasiado extenso, necesité cortar algunos párrafos, pero al menos pude presentar este relato y recibir los comentarios, que sean buenos o no, siempre acepto, porque todo es aprendizaje. Muchísimas gracias por tu lectura y comentario. Pasaré a visitarte.
Hola K. Marce, me has llevado a releer mi texto. El tema es así: un grupo de amigos um tanto simple del que forma parte Mauricio, el escritor. De los demás no tenemos datos en cuanto a su formación. Ellos lo admiran aun cuando conocen sus defectos. En realidad tal vez, como ocurre muchas veces, sienten que Mauricio con su éxito es alguien superior, y se sienten enaltecidos con su falsa amistad. Simplemente es un mentiroso que se aprovecha de ellos y tal vez de todos los que lo rodeen. Aunque no nos guste, existen personajes así, y generalmente terminan solos y amargados. Mi intención a sido encontrar reacciones fuertes en los lectores. Un abrazo.