Entre silencios solo interrumpidos por miradas cariñosas, desayunaba con la esposa y el hijo de siete años. Cuando Bolton terminó el café y de hojear el diario, fue en busca del portafolio, se ajustó la corbata y al pasar frente al espejo del living, se detuvo a confirmar su peinado. Con la cara tensa y pálido, descubrió una doble imagen: un calco de la suya, pero desnudo. Inconsciente se saludó, pero no hubo reciprocidad. Miró al lado suyo: nadie. Volvió a mirarse doble y, sí: su rostro, el color de ojos y el del cabello eran idénticos al suyo. ¡La cicatriz abdominal estaba presente! Temblaba con un vibrar apenas perceptible. Mareado dejó caer el portafolio. Respiró profundo y animado, recogió su maletín, pero no vio al Bolton desnudo reflejado en el espejo. Se sintió solo… abandonado.
Desconcertado y con sentimientos vergonzantes, regresó al comedor, saludó con monosílabos a su esposa e hizo señas al nene para llevarlo a la escuela. Durante el viaje en auto el chico le hizo, como cada mañana, preguntas y pidió golosinas. Bolton solo respondía con sonidos guturales. Confirmó que su hijo entró en la escuela y se dirigió a su trabajo, pero, nervioso y desorientado se detuvo frente a la plaza a meditar sobre lo sucedido más temprano.
Sentado entre los árboles y jardines florecidos de pronto percibió un murmullo interno, extraño, como si él mismo se hablara, se contara su futuro, pero no lograba interpretarse: eran palabras entrecortadas o tal vez de otro idioma. Buscaba a su interlocutor, a quien o quienes le hablaban, pero la soledad estaba presente en la plaza a esa hora temprana. Abandonó el banco, caminó con la vista al piso y de pronto al pasar frente a una vidriera la contempló y se vio reflejado en única imagen: desnudo con partes del esqueleto a la vista. Al notar una sonrisa en su doble, que no era la propia, pues su cara permanecía rígida por el desconcierto, gritó con voz áspera y destemplada.
Se alejó al trote. Los pocos transeúntes lo miraban extrañados. Avergonzado y a paso normal llegó al auto y luego a la oficina. Durante la mañana no pudo concentrarse, ni dar órdenes lógicas, pues solo una idea, un reflejo ocupaba su mente.
A media tarde fue al baño, pero evitó mirarse en el espejo: no quería un nuevo encuentro consigo mismo. En horario, saludó a su gente y regresó a su departamento en el 6ºpiso.
La esposa lo esperaba ansiosa, pues necesitaba preguntarle porqué había maltratado al hijo durante el viaje, porqué le respondía solo con “humm”. Bolton no recordaba mucho del viaje matutino y respondió que se sentía indispuesto, con dolores estomacales, pero que ya estaba bien; que en la oficina fue un día muy duro; que estaba agotado; que no cenaría; que se bañaría e iría a la cama. Ella sabía que mentía, pero no insistió: al día siguiente aplicaría su astucia.
Bolton ya desnudo, antes de entrar a la ducha, se tentó y sí, había dos rostros iguales de idénticos Bolton. Esta vez él sonrió y el otro saludó con un guiño. Se sintieron cercanos. El doble habló con voz amigable y le pidió:
—Sígueme y te mostraré tu futuro.
Bolton, sin palabras ni voluntad se volvió a vestir y salió al pasillo. La esposa, al verlo con la mirada perdida, lo siguió sin llamarlo ni hacer ruido. Llegaron a la terraza, ella notó una paz lunar extraña. Él se acercó al parapeto y se subió, miró hacia abajo, puso las manos en la cintura y comenzó tambalearse de un lado a otro: calculaba el segundo para tirarse Ella gritó y entre ahogos le rogó que bajara por ella y por su hijo.
—No soy yo, es él, el desnudo que me mostró sus huesos, mis huesos dentro de cincuenta años. No lo soporto. Quiero estar solo, no verme doble. Odio mi futuro —respondió él.
Convincente con dulces promesas y verdades, ella serena y él entregado, ya en piso firme, se abrazan rodeados por lágrimas amorosas.
—Yo conozco a alguien que le pasó lo mismo y el doctor le dijo que es frecuente ver su otra personalidad, si es más potente que la normal: que se supera con unas buenas vacaciones —aseguró ella.
*
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Hola, Amadeo. Gran relato, imaginativo, convincente, potente, misterioso, intrigante... Tiene de todo, incluso una epifanía moral a llevar a cabo, y todo muy bien escrito y expuesto. Te felicito.
A las sumas de los compañeros añado que porqué interrogativo va junto cuando es un sustantivo (el porqué, ese porqué, un porqué), cuando no, separado.
Un abrazo!
Hola, Amadeo. Muy interesante relato y bien escrito. Se parece al mío en que ambos encuentran su doble en el espejo. No encuentro nada que recomendarte además de lo que ya te han dicho. Enhorabuena y mucha suerte. Un abrazo y cuídate mucho.
A BERUMEN (9)
Amadeo
Una buena mezcla de suspenso e ironía. Me parece que refleja en forma de fantasía las angustias de un hombre acosado por vaya usted a saber qué problemas (laborales, sentimentales, económicos o todos juntos) y su opción por una solución desesperada.
Elaborado con el buen estilo que te caracteriza, pero hay las siguientes…
Observaciones de forma:
Respiró profundo y animado, recogió su maletín - Creo que animado debe ir entre comas.
Convincente con dulces promesas y verdades, ella serena y él entregado, ya en piso firme, se abrazan - Hace falta decir más claro que una es la convincente y serena y el otro es el que se entrega.