Hoy les comparto mi nueva participación en un reto literario. El tema era libre y, con máximo setecientas cincuenta palabras, debía incluir las palabras “nuevo”, “polvo” y “temerario”. Espero les agrade. Un abrazo.
***
Miro hacia arriba y entonces me mareo. Será que uno no está acostumbrado a ver a lo alto mientras camina. Yo soy de los que más bien miraba siempre al piso. Es por eso que en más de una ocasión he encontrado alguna moneda abandonada. Dicen que son de la buena suerte, yo no creo en esas cosas. Antes solía guardarlas esperando recibir una buena noticia o algo que cambiara mi rutina; que me diera un poco de esperanza, o que hiciera mi día. Ahora ya no, ya aprendí que el solo hecho de encontrar algo que me sirva es ya una buena noticia. No soy de las personas que pierde dinero, pero sí me ha pasado, y antes me enojaba conmigo mismo por ser tan descuidado, ahora ya no, solo pienso que por algo pasan las cosas, y me imagino la cara de felicidad que pondrá la persona que lo encuentre porque ¿A quién no le da gusto encontrar una moneda tirada? ¡Con el trabajo que cuesta ganar el dinero!, bueno al menos a mí, porque hay quien parece que nació para tener todo lo que quiere sin necesidad de trabajar por ello, y lo peor de todo es que ni siquiera lo valora. Es como cuando respiramos y estamos tan acostumbrados a hacerlo que ya no lo apreciamos mas que cuando no podemos hacerlo; basta un minuto bajo el agua para poder valorarlo porque ¿quién puede aguantar la respiración más de un minuto? Bueno, hay quien sí puede hacerlo. Yo no soy uno de ellos. A mí que no me entre un poco de polvo en la nariz porque me pongo a estornudar como loco. Pero volviendo a lo de la moneda extraviada, todo es cuestión de actitud, como dicen ahora. Esa palabrita está muy de moda, pues dicen que en la vida todo se trata de eso. Yo creo que algún día pasará de moda, como sucede con todo. Recuerdo cuando era pequeño que la palabra de moda era “temerario”. Decían que yo era muy temerario porque salía solo a la calle, o me atrevía a caminar por la orilla de la azotea. Primero me consideraban muy valiente. Luego alguien descubrió esa nueva palabra y la puso de moda por un tiempo. Ahora ya casi no se escucha. Es como todo en la vida; tiene su tiempo, y si no lo sabe uno aprovechar, quizás nunca regrese. Por eso me pongo a pensar qué es lo que debería hacer ahora con las herramientas que tengo en este momento en mis manos. No quiero arrepentirme después de no haber hecho nada y perdido la oportunidad. Ellas nunca regresan. Yo creo que la gente que triunfa es la que sabe qué hacer cada día con lo que tiene. Eso no es nada fácil, por eso no todos lo logran. Como mi mamá decía “Algunos nacen con estrella y otros nacen estrellados”, aunque yo creo que más bien hay días que uno se despierta sintiéndose que tiene estrella y otros que nació estrellado. Si algo he aprendido es a valorar cada nuevo día. Por eso ahora camino mirando para arriba, buscando al sol que no es el mismo que vi ayer, pues cada amanecer es diferente y trae un cielo distinto, con su propio sol, su propio clima y sus propios retos. Con el paso del tiempo he aprendido que soy muy afortunado por tener tantos días nuevos, pues ninguno es igual a otro. Hoy, por ejemplo, soy un poco más sabio que ayer, pues aunque uno no lo crea cada minuto de vida se aprende algo nuevo. ¿O será que ya me estoy haciendo viejo? El otro día perdí el único billete que tenía con el cual pensaba comprarme un pan y un café caliente para desayunar. De seguro se me cayó en alguna parte. Al principio me enojé mucho conmigo mismo por ser tan descuidado, pero entonces me imaginé la cara de gusto que habrá puesto quien se lo encontró y supe que seguramente él, en ese momento lo necesitaba más que yo, y por eso el universo movió todo para que lo tuviera. Al final de cuentas lo único que pasó es que ese día fue diferente a los demás, y aunque no desayuné, seguí vivo. No pasó nada más. Por eso cuando me encuentro una moneda, lo primero en que pienso es en bendecir a quién la perdió porque me hizo el día. Bueno, mejor dejo de filosofar y sigo mi camino que aún tengo muchas cosas que aprender este día… mi nuevo día.
—FIN—
***
Cierre anual 2021-2022 - 9 comentarios + 1 corazón por participación.
Hola, Berumen
Creo que, a pesar de tratarse de reflexiones, deberías haber hecho alguna pausa para que el texto no se presente tan monolítico.
A pesar de que todo gira alrededor del hallazgo de una moneda, tratas distintos temas con los que puedes hacer algunas separaciones.
Mis saludos
Laura (12)
Bueno, una interesante serie de reflexiones, Berumen. A partir de cualquier hecho o cualquier objeto, se puede reflexionar y llegar todo lo profundo que se quiera.
Una observación: la concordancia…
“Yo soy de los que más bien miraba” (miraban).
“No soy de las personas que pierde dinero” (pierden).
Un cordial saludo de reencuentro.
Hola, A. Berumen.
Te has marcado un soliloquio o pensamiento en voz alta sobre una banalidad que ha resultado muy interesante. Todo en un bloque sin párrafos ni puntos aparte lo cual considero un acierto porque muestra la permanente reflexión del narrador encerrado en su mundo.
Alguna pequeña cosa revisaría:
“Yo soy de los que más bien miraba” Creo que habría que poner el mismo tiempo verbal: yo SOY de los que más bien MIRO.
“…porque ¿A quién…” poner la a en minúscula y una coma después de porque.
“…mi mamá decía “Algunos nacen…” poner algunos con minúscula y dos puntos después de ”decía” le pueden ir bien.
Ha sido un relato bien escrito, ingenioso y divertido. Un placer.
Tu relato me hace pensar el camino recorrido desde que comenzamos a vivir con cierto conocimiento y al llegar al recorrido que nos aproxima a ir al cielo.Por decir algo. Lo peor del relato es que alguien pierde una moneda y se queda sin desayunar.
Mal lo estaba pasando aunque sea en un relato.
Saludos Berumen soy tu vecino del 4 PROYMAN1 y confío en seguir leyéndonos.