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Jeremias

Allanando el camino- Jeremias



Cada tanto, muy cada tanto, me vuelven las ganas de dibujar, de pintar. Pensando en que vienen las vacaciones y es lindo hacer algo diferente mientras esperamos que se hunda la boya o que ronque el reel, porque algún pez ha picado. Entonces retomo mi equipo, aunque más no sea para desempolvarlo y volver a guardarlo. Tengo desde hace mucho tiempo dos muñecos articulados, de las primeras cosas que me aconsejaron usar cuando comencé con ese hobby. Pues no estaban donde se suponía que deberían estar. Los había visto hacía relativamente poco tiempo.


Están cercanas las vacaciones y pienso en el río, en el mar, en la playa. Aunque: diciembre es un mes de examen, y no lo digo por los estudiantes, lo es porque finaliza el año, porque se hacen los balances, porque sirve para planificar, para cambiar, para mejorar para el próximo. Con el tiempo previo a Navidad sucede algo similar. Es un tiempo de examen y propuesta de cambio. Una época de volver al amor primero. Tal es el juicio que en el libro del apocalipsis se le hace a la iglesia de Éfeso. “Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído…”


Tal discurso no fue desoído. Sobre el pequeño escritorio escolar —que ella estaba lista para dejar el próximo año— despejado y cubierto por una tela azul, en una esquina de su habitación, en un pequeño espacio diáfano estaban las figuras de María y José. Interesantes figuras atemporales realizadas con mucho amor. ¿Por qué? Por los pormenores que abundaban. María con una capa celeste. Hasta el detalle de los zapatos que con toda seguridad tomó de uno de sus juegos.

Los dos muñecos articulados casi no se distinguían debajo de una cuidadosa y bastante bien lograda vestimenta de servilletas de colores, pinturas. En posturas estudiadas, las de la madre y el bebé, las del hombre calmo.


—Hola, ¿cómo está mi nieta linda?

—jugando…

—No has visto…

—Para nada. ¿Qué te parece el escritorio abu? Viste, he enderezado el camino… ¿Viste a María y José? ¿Están bonitos verdad?

—Claro, preciosos, donde aprendiste a hacer esas vestimentas, te estás convirtiendo en una artista.

—Es que estoy contenta porque viene Navidad, porque me gusta lo que hago, porque espero que nazca el niño. No es igual desear que esperar. Esperan los padres. Esperaban María y José.

—Cierto. No lo vi al niño.

—Pero abu, todavía no nació. ¿Tú que esperas?

—Que te diré, mis carriles son más difícil de enderezar. No es fácil cambiar. Allanar los caminos, enderezar las sendas siempre tiene que ver con la humildad. Resolver algún obstáculo que me aparte de los demás. Hay muchos…

—Alguna vez, de niño, debes haber leído el principito: “Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, a partir de las tres empezaré a ser feliz. A medida que se acerque la hora me sentiré más feliz. Y a las cuatro, me agitaré y me inquietaré; ¡descubriré el precio de la felicidad! Pero si vienes en cualquier momento, no sabré nunca a qué hora vestirme el corazón...” Por eso festejamos Navidad.

—Y porque vino a los suyos y los suyos no lo recibieron…

—Eso no lo entiendo abu, por qué habrían de hacer eso.

—Porque son libres, y está bien. Porque la libertad que no nos pueden quitar, la única, es la de elegir nuestro propio camino.

—Quieres que te responda: “despierta hombre”

*



Imagen: Cortesía Wikipedia, obra de Gerald Van Honthorst (1622)- Orígen de la Navidad (link de datos aquí)

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7 Comments


jeremias.torri.ar
Dec 29, 2020

Hola amigos

Les agradezco muchísimo los comentarios, los técnicos (o de forma, no sé) y los que siento cuando escribo. Los diálogos, en realidad, bueno es que hablo conmigo mismo (ya mejoraré) y por eso la niña piensa mucho, o quizá el abuelo piense poco.

¡Un saludo de Navidad y un muy buen 2021 (con o sin tapabocas)!

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El chaval
El chaval
Dec 27, 2020

Hola Jeremías

Muy bueno el cuento de Navidad, con dos personajes íntimos que los abuelos muchas veces tratan de enseñar, pero algún nieto o nieta se escapa y da que pensar.

K. MARCE con su buen hacer e incansable, ya te ha puesto lo que cree se puede corregir.

Un cordial saludo y que el próximo año sea más benéfico(10)

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jesusramosalonso
jesusramosalonso
Dec 26, 2020

Hola Jeremías.


Tu relato está muy bien pero me he hecho un poco de lío en el primer párrafo.

Entiendo que el narrador es el abuelo y está hablando de las ganas de pintar, pero de repente introduces las dos figuras articuladas, ¿qué tienen que ver con la pesca?

Luego aparecen las figuras como La Virgen y San José (creo), pero yo seguía con el lío en la cabeza.

El diálogo abuelo-nieta muy bien.


Feliz 2021


Verso suelto (nº 2)

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Ratopin Johnson
Ratopin Johnson
Dec 25, 2020

Hola Jeremías,


Me ha gustado cómo está escrito el relato. Utilizas mucho vocabulario, no veo repeticiones, todo es muy fluido. Pero en cuanto al contenido, estoy un poco confuso y a la vez fascinado, por el empleo de las citas bíblicas, por ejemplo. Pero te diré: al principio parece que hay un narrador, luego cuando aparece la niña parece que hay otro. Leyendo, pienso que el primer narrador es el abuelo. Entonces, si es así, la primera parte debería ir entre comillas de pensamiento: «».

Es decir, entre «Cada tanto..., y ...por tanto, de dónde has caído…”».

Me gusta mucho este propósito, el que da título a tu relato: Allanar los caminos, enderezar las sendas siempre tiene que ver con…


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K. Marce
K. Marce
Dec 21, 2020

Saludos, Jeremías


Te doy nuevamente la bienvenida al blog y espero que encuentres una grata experiencia, con aportes valiosos para que mejores en la escritura. Este es un lugar al que puedes venir cada 1 del mes y compartir tu trabajo.


Voy a poner algunas recomendaciones para la mejora del texto, que es posible que se te hayan pasado. Aquí te marcó ya con el cambio.

—Jugando…

*Mayúscula siempre al iniciar un diálogo.


"El principito"

* Los nombres propios de los libros se suelen dejar entre comillas, y El deberá ir en mayúscula ya que forma parte de ese nombre.


En posturas estudiadas, las de la madre (y el bebé), las del hombre calmo.

...

—Cierto. No lo vi al…


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