Si hay una persona experta en interrogatorios, capaz de conseguir respuestas, es mi nieta Almudena. Ante su proceso inquisitorial, no hay ‘omertá’ que valga. A punto de jubilarme, hijo de abogado penalista y heredero de su despacho, confieso que todavía me sorprenden, las preguntas que formula desde el particular estrado, en que ha transformado mis rodillas.
—Abuelo, dice Marta que tú defiendes a los hombres malos...
La cantidad de veces que tengo que responder a ese comentario… ¿Cómo se puede explicar el artículo 24 de la Constitución a una niña de siete años, si hay licenciados en derecho que parecen no entenderlo?
—Mira, Almu, las personas no “son” malas ni buenas. A veces “hacen” cosas malas y en otras ocasiones cosas buenas. ¿Recuerdas cuando los niños del cole empezaron a molestar a tu amiga Fátima y llamarla "mora fea"?, ¿no saliste, hecha una fiera, a defenderla?, ¿no siguen siendo tus amigos aunque ese día se portasen mal?
—¡Pero Fátima es guapa!
—Y si hubiese sido fea...¿No le habrías defendido?
—¡Claro!, pero… —‘todavía no me ha estrujado toda la información’—. ¿Y si sabes que el acusado es culpable y ha hecho algo malo malísimo?
‘Tengo que esforzarme más. Esta puñetera niña es candidata a fiscal’. Abandoné lápiz y sudoku sobre la mesa, para concentrarme en lo verdaderamente importante: no perder el caso. Almudena tenía sus preciosos ojos negros clavados en los míos, atentos a cualquier imprecisión.
—¿Recuerdas, Almu cuando mamá te castigó por comerte los chocolates de Marta?, ¿no te defendí entonces?
—Sí, pero mamá me castigó igualmente…
—¡Normal!,¡ tenías los “morretes” todavía pringosos!
Debo contenerme para estar a la altura de la seriedad del interrogatorio: “comérmela a besos”, daría al traste con mi argumentario.
—Lo importante es que tuviste toda la defensa posible, dadas las circunstancias, pero te empeñaste en declararte inocente, cuando mi consejo fue un oportuno “arrepentimiento espontáneo”. Un buen cliente no se empeña en demostrar su inocencia, debe esperar a que la acusación demuestre su delito. El arrepentimiento siempre favorece la indulgencia con quien comete glotonería en primer grado. Tu madre, como buena “juez estrella”, tuvo que demostrar pública y fehacientemente tu culpabilidad. Aunque...era un caso perdido, cuasi delito “in fraganti”.
—¿Qué quiere decir “indugencia”?
—Pues que la sangre nunca ha de llegar al río, guapa.
Me disponía a recuperar mi sudoku, cuando descargó su siguiente pregunta. Estaba claro que mi verborrea jurídica no le había impresionado.
—¿Y si la acusada da verdadero asco como Patricia, que robó el unicornio de Carla y luego acusó a Fátima? ¡Tuve que pegarle un par de tortas en el recreo para que confesase la verdad!
¡Dios mío!, tengo que esmerarme o mi nieta terminará convertida en una pequeña “Harry el Sucio”. Realmente la vista se estaba poniendo interesante.
—No debiste pegar a Carla.
—¡Se lo merecía!, ¡pobre Fátima!
—Almu, no debes confundir la venganza, que los romanos llamaban ‘privata aequitate’, con la verdadera Justicia, aquella que nace de la voluntad del pueblo...’¡Toma!...A ver ahora que dices, “Capitana América’.
—Bueno, pero si es tan difícil pillarlos...¡Que a los malos muy malos los castiguen para siempre!, ¡para que aprendan!
—¿Y cómo sabrías que han aprendido?, ¿No te hace exámenes la “profe” para ver si estudiaste?
—Sí, pero...¡Pueden volver a hacerlo!
—¿Volviste a robar chocolates a tu hermana Marta?
—No.
—¿Entonces?
—Entonces...nada, abuelo. Siempre serás mi abogado.
Caso resuelto.
Hola, Labajos:
Has conseguido una conversación excelente. La diferencia de edad, experiencia y contexto de ambos colocutores es genial y está muy lograda. Mi más sincera enhorabuena.
Saludos,
Mario
Encantado de haber leído tu desarrollo sobre las normas de Derecho soy PROYMAN1 y al final del relato ganan los malos en el buen sentido.
No tengo nada que decir de la redacción aunque creo que el párrafo.....Lo importante es que tu viste....me parece algo largo con los puntos seguidos.
Te doy las gracias por haber leído mi cuento sobre la serie Curro Jiménez aunque veo alguna serie actual conforme leía sobre el reto se me ocurrió escribir sobre ella.
Confío en que sigamos leyéndonos en los próximos retos,saludos cordiales.
Gracias, Vespasiano:
Efectivamente, de la serie aproveché el título, el espíritu de la necesidad de defensa efectiva ante un tribunal y poco más. También aproveché los testimonios de los abuelos y sobre todo abuelas, que disfrutan de sus nietos. Yo practico con ellos el "indubio pro reo", ya que no tengo esa experiencia. Si todos coinciden en que sus nietos son una maravilla...¿Quien soy yo para dudarlo?
Nos leemos pronto.
Hola Labajos:
Gracias por pasar por mi capítulo televisivo y dejar tu amable comentario. Te devuelvo gustosamente la visita.
Tu relato me ha gustado aunque no sé si esos personajes forman parte de una serie de TV.
La curiosidad de la niña demuestra su inteligencia y las ganas de saber el porqué de las cosas que suceden a su alrededor para encontrarle una razón de ser.
Me ha parecido una tierna conversación entre una criatura que confía en su abuelo y lo quiere.
Felicidades. Espero que sigamos leyéndonos en futuros retos.
Gracias Alberto:
Lo de las comillas es algo lioso... yo utilizo comillas latinas (en este procesador no se puede) cuando el que se expresa dice algo para sí mismo. Las comillas dobles para resaltar la intención de una palabra, introducir una cita textual, o evitar la puntuación de un diálogo (fulanito dijo: "tal y tal". Mientras que las comillas sencillas indican que la palabra no pertenece al castellano ('omertá'). No sé de donde ni cuando saqué esas "normas", las creía correctas.
He consultado (RAE) y me remite casi siempre a las comillas latinas... https://www.rae.es/dpd/comillas
La verdad es que es un tema "complicadillo". Pero poco a poco se aprende algo.
Un saludo