Cantando caminaba, por la vereda vacía, dando saltos y jugando se entretenía.
No había más que un sol brillante, ninguna nubecilla. Cuando lo ha notado cuánto resplandecía.
Una moneda de oro, le parecía, achicó los ojos, sonreía.
«Con esta ajusto para toda la quincena, va directo al jarro», repetía.
Aquella vasija de barro, debajo de la cama escondida, guardaba cada centavo pero nadie lo sabía.
No guardaba para zapatos, juguetes o golosinas, era otra cosa la que quería.
Su padre se ausentaba largas temporadas, pero ese día apareció borracho cuando anochecía.
La madre no dijo nada, callada le atendía, no le preguntaba, ni le discutía.
«Un día, pensó, voy a comprarle a mamá eso por lo que reza cada día."
La semana transcurrió, y pasó lo de siempre, unos ojos morados y la gritería.
Corrió por su jarro, asegurandose que él no lo miraría
cuando por el mismo camino, pedía pan una anciana que no conocía
se detuvo en su andar, mientras aquella le dijo que hace mucho tiempo no comía,
No tenía mucho, siete moneditas de cobre y aquella amarilla,
pero miraba a su madre reflejada en la anciana mujer, y su corazón se entristecía.
Le dio todo lo que tenía, más la anciana tres moneditas devolvió mientras sonreía.
«Quizá, lo que mi madre quiere, cuesta tres centavos", repetía.
El señor en la tienda, le dijo que "alas para volar", mucho menos, "irse muy lejos", no vendían, pero por tres centímos un dulce sí compraría.
Replicó que su madre necesitaba alas, para irse muy lejos, así ya no sufriría.
Entró la misma anciana, pidiendo una hogaza de pan y mantequilla,
vio reflejada la tristeza en aquella mirada, contandole lo que acontecía.
«En esta tienda, no te venden lo que yo te ofresco, le decía,
dame tres centímos, y yo te devuelvo fe, esperanza y armonía»,
no vaciló en darle el dinero, porque le creyó, y corriendo a su casa regresaría,
su padre se había marchado de nuevo, y toda la experiencia a su madre contaría
más aquella no comprendía, una moneda de oro, mucho pan compraría.
El jarro vacío, bajo la cama escondió, pensando que llenarlo mucho tiempo tomaría,
pero cual ha sido su sorpresa, que dentro de la vasija, encontró un boleto de lotería
contó a su madre, que su suerte les cambiaría.
Más la madre, pensaba dentro de si, que ganar un milagro sería.
La fecha llegó, el padre seguía ausente, pero el premio mayor se ganarían
nunca más volvieron a verlo, y pronto se mudaron a donde nunca les faltó la alegría.
Hola Karen
Como siempre, es un placer leerte. He notado alguna cosilla pero ya te lo dicen los compañeros anteriores. Yo, la verdad, es que me he demorado es mes en hacer los comentarios. Te felicito, has hecho un cuento en poesía muy bonito.
Que disfrutes del verano
Saludos
Hola, El chaval:
"El galito de goma" nº 28 es el cuento de Maria Esther.
Felicidades.
Hola KMarce:
Un cuento de los de antiguamente que ha hecho que me viera acompañado de mi abuela, cuando me hablaba de hacer buenas acciones y del cariño filial que se le debe dar a los padres. Por supuesto que tu historia, de paso, nos trasmite un mensaje de optimismo y final feliz, quizá como premio a esa manera solidaria de proceder del niño.
La idea de narrarlo como un poema, me ha parecido excelente.
Feliz verano. Y espero seguir leyéndonos en futuros retos.
Estaré atento a las fechas de envío para la recopilación del libro. Pero espero que esta vez el formulario me permita enviarlo correctamente, ya que este mes al haberlo hecho vía E-mail no ha sido publicado…
Hola K. MARCE.
En el último momento me ha dado su opinión a mi texto María Esther Reyes Podestá, pero no puedo corresponder porque no la encuentro en la recopilación . Me puedes ayudar a saber quien es? Hay varias personas con este dilema. Muchas gracias.
Hola K.Marce, nos has regalado un bonito cuento al que le has sabido dar un toque infantil a traves de esa rima tan sencilla.
Consirdro que los poemas se escriben con el alma y para el alma, por eso corregir uno es tan difícil porque mi alma puede ver cosas diferentes a las que tu alma ha escrito.
Así que paso a corregir un par de cosillas técnicas además de las que te ha comentado el chaval y Jorge.
- En dos frases de los pensamientos del niño empiezas con unas comillas y terminas con otras diferentes:
un día, pensó, voy a comprarle a mamá eso por lo que reza cada día
y
Quizá, lo que mi madre quiere, cueste…