La última noche desperté contra la cornisa, flotando sobre la cama vacía, pensando «que si esto es un sueño, que si voy a caer...» Por la mañana una torpe explicación: «Me he dado con la puerta», dije a media voz. Ella apuró su café y sin mirarme se marchó. Yo quedé ante una taza sucia e incontables facturas por pagar.
Ahora todos alzan la mirada; algunos gritan, algunos se santiguan. Desde las alturas sonrío, «¡qué cara se le pondrá!» —exclamo entre las nubes. «¡Su inútil marido protagonista de un evento excepcional!»
Lo sé, no durará, porque todo lo que sube...
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Cierre conteo anual 21/22, 1 corazón por participación, 4 comentaristas.
Muchas gracias a todos por tomaros el tiempo de leer y comentar mi min relato. Espero que estéis pasando unos buenos días de fiesta.
Carlos:
Muy bien lograda esta alusión a la insatisfacción de un miembro de pareja y su impotencia ante el desprecio del otro, que prefiere sublimar fantásticamente.
Tratando de darle un significado de fondo, se me ocurre que es una metáfora de la imposibilidad de convertir “lo que sube” (elemento masculino) en un disfrute pleno que la otra se niega a permitir.
Ninguna observación de forma.
¡Felices fiestas!
Hola Carlos,
Una historia bien planteada. Los hechos se caen por su propio peso, como la premonición, que por desgracia, se terminará cumpliendo.
No he observado nada incorrecto.
Saludos. Vibe(14)
Hola, Carlos, coincido con Jorge en que nos planteas una historia trágica, con un final que el protagonista iba buscando, casi en sueños, y del que parece que no sacará lo que pretende, o no, nunca se sabe.
En lo formal no he visto nada que me haya llamado la atención, está muy bien escrito.
Un abrazo y nos leemos!