―¿A dónde vas con esa pinta?
―A trabajar mamá.
―¿Al banco?
―Siiii―contesté impaciente.
―¿Y a ti te parece bonito? Ya hemos hablado de cuidar la imagen laboral alguna vez.―Mi madre cuando coge una vereda es imposible detenerla―Ir correctamente vestido para cada ocasión es importante. ¡Pareces un zascandil!
―Estamos en carnaval mamá…Irene también fue el otro día al colegio vestida de amarillo, y…¡Buenos piropos que le echaste!
―¡Cómo si fuese lo mismo!, igual es ir con alegría al colegio, que presentarse así en el banco. ¿Qué diría tu padre? Él siempre fue de traje oscuro, con chaleco y corbata. Le daba lo mismo que se tratase de la central o de una sucursal de barrio. Cuidar la apariencia es imprescindible si quieres hacerte respetar.
Debí haberle hecho caso, las madres saben siempre lo que es mejor para uno… No estaría ahora de esta suerte: el cajero desternillándose con mi disfraz de Piolín y toda la oficina, clientes incluidos, partiéndose de la risa. Ya he repetido tres veces: “¡esto es un atraco!”…
Tendré que disparar al techo.