Opciones: A: PolicÃaco - B: Novela Negra - C: Misterio - D: Terror
Eleazar circulaba por la autopista, querÃa llegar a su puesto de trabajo como vigilante nocturno en el Cementerio de Santa Úrsula que estaba en las afueras de la ciudad para comentar con su compañero el enfoque de la quiniela de futbol de la próxima jornada.
Aparco el coche y rápidamente entro en la garita de los vigilantes, su compañero Braulio y el comentaron como deberÃan hacer la quiniela.
—Buena guardia—se despidió su compañero.
Eleazar contemplo la luna en el cielo negro y las largas filas de tumbas y monumentos funerarios, su compañÃa durante el turno de vigilancia en el cementerio.
En la cafetera introdujo una capsula de café y contemplo la pantalla del ordenador apagada, conecto el aparato, buscó las noticias encontrándose con la que decÃa que se buscaba a una chica de 20 años desaparecida, sin darle importancia ya que desaparecÃan muchas.
La noche estaba fresca y después de cenar y tomar un café salió a la calle, contemplo las tumbas silenciosas, el cementerio era un buen destino de trabajo, nadie formaba alborotos.
Termino de fumar y montando en el coche comenzó la ronda por la carretera en la cual tumbas y nichos eran su compañÃa nocturna, paró el coche y salió encontrándose frente a un monumento en el cual estaba enterrado un cantante de ópera famoso en sus buenos tiempos, con luna llena puso el coche en marcha pasando frente a nichos muchos de los cuales estaban en ruinas.
Termino su primera ronda entrando en la garita caldeada colgó el abrigo y encendió el ordenador, nada más encenderlo la pantalla enfoco un nicho con un farol encendido, Eleazar se sobresaltó por esa zona acababa de pasar y no encontró nada pero el foco estaba allà llamando su atención, rápidamente saco la pistola del cajon,se puso el impermeable y puso el coche en marcha dirigiéndose a los nichos mortuorios donde le enfocaba el farol, al llegar enfoco su linterna comprobó que no habÃa nada, no sabÃa que podÃa haber pasado.
De nuevo en la garita con el ordenador encendido y tomando un café en la pantalla salto la misma escena del farol, pero esta vez escucho un murmullo en el nicho, alguien estaba dentro enterrado vivo.
Con la pistola amartillada y a toda velocidad llego a los nichos mortuorios y se encontró con el farol encendido el mismo que salÃa en el ordenador, con la linterna enfoco y comprobó que habÃa ruido, alguien estaba dentro.
En el coche llevaba herramientas y con ellas apalanco y pudo quitar la lápida que tapaba el nicho comprobando que en el ataúd que estaba dentro se escuchaban golpes y gritos, rápidamente y aunque la cerradura no abrÃa rompió la tapa y pudo ver unos zapatos negros que se movÃan, sin dudarlo tiro de las piernas comprobando que una chica muy alterada gritaba y lloraba al mismo tiempo.
—Tranquila estas a salvo—le dijo abrazándola.
La subió al coche y la chica muy nerviosa apenas podÃa hablar, una vez en la garita abrazados la calmo y le dio agua que era lo que le pedÃa la chica, también le preparo un café tapándola con su propio abrigo ya que la chica tiritaba de frio.
Movilizo a las asistencias sanitarias y a la policÃa que rápidamente se presentaron en la zona plagada de tumbas.
La inspectora Vega presente en la patrulla comprobó que era la chica que llevaba desaparecida desde hacÃa dÃas y que gracias a Eleazar que la habÃa rescatado estaba viva.
La chica no recordaba nada de como llego al nicho, sintió terror al sentirse enterrada viva no pudo dar más detalles.
Tampoco Eleazar ni los servicios informáticos de la policÃa tuvieron aclaración de porque en el ordenador de la garita del vigilante se encendió un farol indicando donde estaba la chica enterrada viva.
Eleazar confeso a la policÃa que él nada tenÃa que ver con aquello.
La inspectora Vega se encontraba con un nuevo caso sin explicación temiendo encontrarse frente a un desequilibrado mental o algo peor, un sádico.
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