Varios zánganos que revolotean alrededor de la abeja reina, luchan con ella para fecundarla. Todos vuelan en círculos, se acercan, la besan. Hay heridos y mutilados. La Reina niega prestar su cuerpo otra y otra vez. «Ya no más. Vuelvo con el enjambre», piensa agotada. Llama a las obreras, quienes la defienden para salvarla.
Los machos la separan del grupo. Llegan a la cima de un árbol donde es nuevamente atacada y pierde una de sus alas. «Voy a caer», grita y muere al tocar tierra. Abejas huérfanas y llorosas huyen en busca de otra madre buena.
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